Llegó como fruta madura, sin violencia, cuando todas las mejores cabezas del país la habían reivindicado lárgamente. Sus primeros dirigentes, actores de un gran pacto político para implantar la democracia en España, ocuparon el poder, de forma pacífica y consensuada, ante el vacío en que quedó por parte de los que hasta entonces lo habian detentado. Aquel sistema democrático nació un dia como hoy, hace setenta y siete años, deseado por la mayoría de los españoles, que le dieron la bienvenida con las mayores manifestaciones de alegría. Las generaciones mejor formadas, con mayor nivel de cultura y responsabilidad, de todo el espectro político, de derechas, de centro y de izquierdas, derrocharon sus mejores energías en hacer posible el progreso para todos los hombres y mujeres de esta tierra. Pretendieron ¡casi nada! modernizar el estado para ponerlo al servicio del país.
La historiografía del periodo es hoy día lo suficientemente solvente y detallada como para que todos sepamos valorar lo que hicieron aquellos hombres y mujeres tan injustamente olvidados ¡todavía! por la opinión pública. Deberían los niños saber qué hicieron, cómo se comportaron, quiénes eran y qué pasó con muchos de ellos, qué y cuánto perdimos al perder (porque así fue en muchos casos de desterrados políticos, perdimos nosotros más que ellos) a tanta gente íntegra, inteligente y laboriosa, para siempre a muchos de ellos.
Me gustaría que algún día pudiésemos hablar de la república con normalidad, sin etiquetas, dejando al margen los lugares comunes y las frases hechas. Para poder apreciar con sensatez nuestro pasado, nuestra historia. Y poder aprender de lo mucho y bueno que meditaron, planearon, ordenaron y pusieron en práctica aquellos magníficos alcaldes, diputados, gobernadores, rectores, presidentes de gobierno, jefes de estado... de entonces.
2 comentarios:
Estoy plenamente de acuerdo contigo. Hay un libro, que hoy recomiendo en mi blog y en el periódico, realmente interesante que no sé si conoces, 'Cuatro historias de la República' (Destino), que creo que aporta la mejor visión sobre ese apasionante periodo. Recoge el testimonio de cuatro grandes periodistas de la época (el sevillano Chaves Nogales, Gaziel, Julio Camba y Josep Pla), quienes vivieron en primera fila todos los acontecimientos. Todos ellos acogieron con gran entusiasmo a la República, y todos acabaron defraudados con el régimen republicano. En buena media, estos escritores representaban una 'tercera vía' que acabó aniquilada por ser a la vez antifascista y anticomunista.
Tengo que agradecerte que nos recuerdes a todos esta efemérides, de cuyo conocimiento tan cuidadosa como efectivamente nos mantuvieron alejados durante la dictadura de Franco.
Aparte de lo leído, poseo unas cuantas vivencias profundas que voy a relatarte siguiendo un orden cronológico.
Cuando de pequeños íbamos a pasar temporadas en Los Pinos, hubo una época en que a Manolito y a mí nos daba clase un señor que siempre recordaré como un misterio: aparecía nunca supe de dónde pobre pero dignamente vestido, encorbatado, y era todo educación y buenas maneras. Hablaba en voz baja. Y enseñaba extraordinariamente. Don José o Don Antonio le decíamos; no recuerdo bien. Pasado mucho tiempo, creo que a José María Castizo le oí decir que se trataba de un maestro (hoy pienso que podría ser Catedrático de Instituto o de Universidad, daba igual)represaliado por "republicano".
En la Agrupación del Psoe de Moratalaz traté a bastante gente del Psoe de la República. Aparte de sus obsesiones divididas entre el Psoe de Largo Caballero y el de Prieto, había en ellos -y sobre todo en uno, mi amigo Ramón Araujo- una verdadera reverencia hacia la educación, la formación. Habían aprendido a leer algunos en las Casas del Pueblo. La dignidad con que habían soportado el silencio de décadas era una muestra de su profunda cultura, del cultivo de sus personas.
Finalmente, pateando (en coche, claro) los pueblecillos y aldeas de Castilla-La Mancha era fácil adivinar los colegios de la época de la República, y los mismos técnicos de las Delegaciones de Educación lo decían: instalaciones hechas con mimo y con capacidad para seguir funcionando perfectamente después de tantos años.
¡Qué pena que se frustrara todo aquello! Todavía cuando sigo el trazado del AVE hacia Andalucía, casi el mismo que la República había previsto para la mejor conexión de nuestra región con el centro, pienso en la cantidad de años que se perdieron para todos nosotros, para España, en todos los aspectos que tienen que ver con el desarrollo humano. Gracias
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