lunes, 3 de junio de 2013

Florido Mayo

Supe un día, hace algunos años, que era de lo mejor que se había escrito en castellano en el último tercio del siglo pasado y anduve buscando, para comprarla, la novela "Florido Mayo" por todas las librerías de Sevilla sin poderla encontrar. Tendré que leerla, me dije, y busqué en las bibliotecas, figuraba en el catálogo de la biblioteca provincial de Sevilla (magnífico edificio junto al Parque de María Luisa), sin embargo, no pudieron encontrarla para dármela en préstamo. Recordé aquello de "nadie es profeta en su tierra" buscando alguna explicación de lo que me estaba pasando; por fin, pude adquirir la ansiada novela, de segunda mano, en una librería de viejo y disfruté enormemente durante su lectura. Las recomendaciones que me dieron eran ciertas, Alfonso Grosso había parido una de las mejores novelas que se han escrito en español durante el siglo XX. Por eso, cuando surge la ocasión, le recomiendo su lectura a quien no haya disfrutado aún de ella.
Mi amigo Juan, a quien le referí el asunto hace ya algún tiempo, me escribió el otro día el siguiente correo electrónico:
"LIBRO: [@@@]  FLORIDO MAYO / ALFONSO GROSSO  (me lo recomendó encarecidamente Paco Romero como la mejor novela del siglo XX); la he leído en un periodo muy largo (noviembre 2011 hasta hoy 1 de junio de 2013);  me ha parecido cada frase una gloria,  cada palabra es un portento literario,  una "fiesta" de  barroquismo esplendoroso, apoteósico, una poesía compuesta como una estructura compleja y bellísima,  admirable,  ¡¡maravillosa!!;  los ratos que cogí el libro me reanimaban por la grandeza del uso del lenguaje;  es un laberinto de una existencia; la crónica de una familia que vive la Sevilla de la primera mitad del siglo XX y se comprueba su gloria y decadencia,  miserias y grandezas;  describe extraordinariamente las familias burguesas que forjaron una Sevilla olvidada y retrata una  fotografía con una cámara psicodélica: sus ambientes (patios con palmerales y frondas que recuerdan fuegos artificiales);  retrata las pasiones, humillaciones,  emociones y amores de seres que en algún momento son como fantasmas (elementos filosóficos muy profundos: comparación entre condescendencia y tolerancia;  ánimos distintos de animosidades); entra en el ser humano y su capacidad de amar frustrada,  muestra la tristeza en la soledad y la entrega de unos seres marcados por su entorno;  escribe el auge y la caída de la ciudad y lo asocia (y relaciona) con el auge y decadencia de la familia; hay a lo  largo del libro un saberse que el destino lo determina todo, un conformismo de entrega que sólo salva a algunos miembros de la familia como pequeñas luces (en este oscuro infierno);  consigue el clímax para llegar hasta descubrir un adulterio, la confirmación de un fatalismo;  me ha traído recuerdos personales muy especiales: he  tenido presente a lo Jiménez del Barrio con otra escala moral (pero el mismo renunciar); mi madre salvando a los hermanos;  y un recuerdo tierno y adorable, la referencia al papel rayado del estanco y el sobre forrado de manila violenta;  la condición humana vista a través de una familia en su esplendor y caída; y en una amor encarnado en todos los encuentros cde un hombre con sus fantasmas sentimentales y eróticos (enfermera, espia, monja); es una novela autobiográfica y experimental,  es la literatura GRANDE".

Datos personales

Mi foto
Nací en Valverde del Camino (Huelva) en diciembre de 1948. A los 17 años me fuí a estudiar a Madrid, donde viví hasta los 30. Me trasladé a Huelva y luego, con un intermedio de algún tiempo en Granada, a Sevilla, donde vivo ahora. ¿Desconcertado? Por la desorientación y perplejidad que me producen situaciones que he conocido o vivido, por comprobar que casi siempre la realidad supera a la ficción."En los blogs se busca el relato en primera persona, que es en torno a lo que pivota el sistema informativo de Internet".Me gustó esta frase y la suscribo.