viernes, 28 de enero de 2011

Día Europeo de la Memoria del Holocausto

Debemos recordar lo que pasó para tomar conciencia de lo poco que somos y, sin embargo, de los grados tan terribles de brutalidad a los que podemos llegar...a los que, por desgracia, llegamos. No debería volver a suceder nunca más.
He visto, al recordar lo que sucedió en nuestra querida Europa cuando vine al mundo, es decir, hace poco más de sesenta años, la película Conspiracy (La Solución Final en español) que me ha impresionado profundamente.
Ya me percaté hace un tiempo, especialmente leyendo a Hanna Arendt, de lo que ella llamaba "la banalidad del mal": lo normal que es la maldad, su apariencia corriente, cómo se desarrolla en ambientes nada extraños a aquellos a los que estamos acostumbrados e intervienen personas como tú y como yo. El mal a gran escala no se hace por personas con cuernos y rabo, con caras de demonio, sino por gente de lo más corriente del mundo y en situaciones que nos creamos los humanos.
En la película se escenifica, para mi gusto magistralmente, la que se ha conocido como Conferencia de Wannsee, cerca de Berlin, en la que se acordó el 20 de enero de 1942 el exterminio de millones de seres humanos. Asusta ver con la naturalidad que se prepara la reunión, la eficiencia de su organizador, la perfección de los preparativos, lo a punto que está todo en la magnífica estancia -la sala de reunión, el comedor, las bebidas, el servicio- cuando comienzan a llegar, de distintos puntos de la Europa conquistada, los asistentes. Todos van llegando en sus respectivos coches oficiales, entran en la mansión, saludos, comentarios, mientras esperan la llegada de quien presidirá la reunión. Llega por fin el que más manda y ordena empezar.
Y causa horror con qué naturalidad se desarrolla el encuentro, con taquígrafo y todo. Cómo cada uno de los convocados muestra reticencias a que otros departamentos ministeriales invadan sus competencias. De qué manera se molesta el alto funcionario, buen profesional y por lo tanto defensor de la legalidad, para que lo que haya de hacerse se haga bajo el imperio de la ley y no de forma desordenada y chapucera. La forma en que el líder de la reunión amenaza, educadamente y con circunloquios por supuesto, a los reticentes; no le basta con que no se opongan a lo que ya trae decidido, sino que lo deben apoyar con entusiasmo. Cómo el representante de el partido en la mesa, aparentemente sólo atento al buen vino y a las exquisiteces que saborea, de vez en cuando pone las cosas ideológicamente en su sitio soltando una burrada sin el más mínimo complejo.

sábado, 22 de enero de 2011

Canudos

Hace un par de meses, en uno de mis paseos matinales, me acompañó -gracias al ipod- Vargas Llosa con una conferencia en la que explicaba cómo escribía sus novelas, qué métodos empleaba y, en fin, sus maneras de escritor. Me llamó entonces la atención especialmente su preocupación por documentarse adecuadamente sobre el asunto que escribía. No tanto, decía, por poseer conocimientos certeros de aquello que trataba, sino sobre todo por conseguir con ello llegar a vivir el ambiente en el que se desarrollaban sus historias. Solo así podía alcanzar la suficiente soltura para que sus personajes actuaran, pensaran, sintieran, tuvieran en definitiva una existencia auténtica en sus relatos.
Contó cómo se documentó para escribir, a lo largo de tres años, La guerra del fin del mundo, novela considerada por la crítica como una de las mejores de nuestro tiempo en lengua castellana. Yo había comenzado a leer esa novela hace una decena de años, pero -a veces me ocurre con los libros- no pasé de las primeras páginas entonces, y la dejé. Al escuchar en esta ocasión su relato, sin embargo, sentí deseos de leerla y me alegró sobremanera haberlo hecho, pues me ha parecido una buena novela.
Al término del siglo XIX, en la región de Bahía, del norte de Brasil, ocurrió lo que allí se conoce como Guerra de Canudos: se aplastó una rebelión de yagunzos (habitantes de la región) -seguidores de un fanático, Antonio El Consejero- contrarios a la República recién instaurada, por los ejércitos de toda la nación. Los pobres más pobres de la tierra, lucharon hasta morir en nombre del Buen Jesús, contra los que -teóricamente- defendían su causa. Y éstos, los republicanos, creyeron combatir a masas paupérrimas que defendían en su ignorancia a monárquicos reaccionarios e imperios extranjeros. Aquello fue, decía Vargas Llosa, la historia de un monstruoso malentendido con consecuencias dramáticas.
Fue determinante para Mario, lo que le motivó a escribir su novela, la lectura de un libro para él extraordinario: Os Sertoes, del magnífico escritor brasileño Euclides da Cunha; hasta el punto de que recomienda su lectura a quien quiera entender el mundo latinoamericano. Canudos, diario de una expedición, serie de crónicas periodísticas a pie de obra sobre aquella guerra, fue el antecedente del libro mencionado.

jueves, 13 de enero de 2011

Crónica de una cena

Alguna vez he comentado en esta hoja los trastornos que internet nos está causando, porque ha puesto patas arriba las formas de hacer las cosas al derribar muchas barreras. Ahora estamos asistiendo a un debate, cada día más intenso, en torno a un intento de nueva (¿?) regulación que afecta al derecho de propiedad intelectual, la llamada ley Sinde. Me ha llamado poderosamente la atención -por poner al descubierto la frivolidad en la forma de legislar asuntos de gran relevancia- la crónica de una cena, con la ministra que le da nombre a la ley, que hace un defensor, al parecer el único entre los invitados, del movimiento copyleft o de cultura libre.

Datos personales

Mi foto
Nací en Valverde del Camino (Huelva) en diciembre de 1948. A los 17 años me fuí a estudiar a Madrid, donde viví hasta los 30. Me trasladé a Huelva y luego, con un intermedio de algún tiempo en Granada, a Sevilla, donde vivo ahora. ¿Desconcertado? Por la desorientación y perplejidad que me producen situaciones que he conocido o vivido, por comprobar que casi siempre la realidad supera a la ficción."En los blogs se busca el relato en primera persona, que es en torno a lo que pivota el sistema informativo de Internet".Me gustó esta frase y la suscribo.