Estoy de acuerdo con lo expresado por David de Ugarte en su comentario del 4 de octubre de 2008 sobre la crisis:
"El peligro de esta crisis no reside estrictamente en lo económico, sino en los discursos políticos que empiezan a servirse de ella para reclamar un mundo más cerrado y autoritario en nombre de una supuesta economía democrática".
Los fundamentalismos son dañinos, porque nos hacen ver el mundo en blanco y negro, y nos clasifican en buenos y malos, sin matices. Y el mundo está plagado de matices y de estados intermedios.
Hay fundamentalistas del mercado y fundamentalistas del estado. Aquellos creen que el mercado asigna perfectamente todos los recursos, sin necesidad de intervención alguna; éstos confían ciegamente en la maquinaria de la administración pública a la hora de llevar a cabo una distribución de bienes y servicios justa y eficiente. La historia ha demostrado que las dos concepciones extremas son radicalmente falsas, y han dado lugar a grandes tragedias humanas. El mercado tiene grandes "fallos" que hay que corregir (con regulaciones); y también los tiene el estado o administración pública.
Detrás de los problemas que han desencadenado la crisis que hoy vivimos hay, entre otros factores, un grave "fallo" de información en los mercados financieros. Y la información completa y a tiempo en poder de todos los actores que intervienen en un mercado es condición necesaria para que éste opere con eficiencia. Cuando compro algo, debo saber qué estoy comprando; sólo así podré decidir racionalmente si me interesa pagar el precio que me piden.
Las famosas subprime americanas incorporaban riesgos mal valorados por los compradores de bonos, que a su vez estaban mal valorados por las calificadoras de rating, que eran emitidos por sociedades-vehículo insuficientemente reguladas, que...
Sin duda, al salir - y/o para intentar salir- de esta crisis, se tomarán medidas orientadas a corregir los numerosos "fallos" de mercado que ahora se están detectando (y sufriendo). Malo sería, sin embargo, que se pretendiera sustituir al mercado o al estado en lo que uno u otro hacen relativamente bien.
1 comentario:
jeje, sólo comentar que la casualidad es muy casual y que la realidad supera a la ficción. Resulta que mi "nombre de guerra" en la red es "shordi", cuando tu dirección parece indicar que el tuyo es "chorti" y que uno de mis blogs es "El Rincón del Hombre Desconcertado", y el tuyo "La Hoja de un desconcertado". Al final seremos almas gemelas... jejeje
Un saludo desde Albacete
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