Me ha producido tristeza la noticia de la muerte de Agustín García Calvo, a quien, desde que supe que había sido separado de su cátedra por solidarizarse con los estudiante allá por los años 60 del siglo pasado, le he guardado admiración y simpatía. Era un hombre singular, irrepetible.
Sus artículos en la prensa que leí o las conferencias que le pude escuchar, me gustaban mucho, a pesar de -y ésta era para mí una de sus características- no entender del todo lo que decía. Uno de sus últimos artículos lo dedicó al descubrimiento del bosón de Higgs. Me encantó. Provocó réplica de algún "científico" ofendido que, sinceramente, creo que no entendió lo que el eminente gramático dijo.
"Las cosas. Lo que se llama pretenciosamente la realidad, está constituida por el lenguaje. Que, al mismo tiempo, esté separado de todas las cosas, casi se impone dado lo primero. Porque aquello que habla de y nombra las cosas, está claro que no puede ser una cosa en el mismo sentido. De forma que de ahí su separación." Decía en una de sus lecciones de un curso sobre Gramática Común.
Su singular himno a la Comunidad de Madrid es admirable: sin mitos del origen y del futuro patrio, ajustado a lo que es y con una bella métrica.
Descanse en paz.
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