viernes, 14 de marzo de 2008

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Digno de admiración es el número Pi "tres coma catorce".
Todas sus siguientes cifras también son iniciales "quince noventa y dos" porque nunca termina.
No se deja abarcar "sesenta y cinco treintay cinco" con la mirada, "ochenta y nueve" ni con los cálculos, "setenta y nueve" ni con la imaginación, y ni siquiera "treinta y dos treinta y ocho" con una broma, o sea, comparación; "cuarenta y seis" ni con nada "veintiseis cuarenta y tres" en el mundo.
La serpiente más larga de la tierra después de muchos metros se acaba.
Lo mismo hacen aunque un poco después las serpientes de las fábulas.
La comparsa de cifras que forma el número pi no se detiene en el borde de la hoja, es capaz de continuar por la mesa, el aire, la pared, la hoja de un árbol, un nido, las nubes y así hasta el cielo,
a través de toda esta hinchazón e inconmensurabilidad celestiales.
Oh, qué corto, francamente rabicorto es el cometa.
¡En cualquier espacio se curva el débil rayo de una estrella!
Y aquí dos treinta y uno cincuenta y tres diecinueve
mi número de teléfono el número de tus zapatos
el año mil novecientos setenta y tres piso sexto
el número de habitantes sesenta y cinco céntimos
dos pulgadas de cintura una charada y un mensaje cifrado,
que dice vuela mi ruiseñor y canta
y también se ruega guardar silencio,
y también pasarán la tierra y el cielo,
pero el número Pi, de eso ni hablar,
seguirá sin cesar con un cinco en bastante buen estado,
y un ocho, pero nunca uno cualquiera,
y un siete que nunca será el último,
y metiéndole prisa, eso sí, metiéndole prisa a la perezosa eternidad
para que continúe.

De la Premio Nobel de Literatura Wislawa Szymborska.

En 1995 un ordenador de la Universidad de Tokio le calculó 4.294.960.000 decimales al número Pi. Seguramente algún otro ordenador seguirá hoy añadiéndole valores.

Leído en un artículo de Antonio Pérez en la Revista Perito nº 20 de febrero, Alicante.

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Nací en Valverde del Camino (Huelva) en diciembre de 1948. A los 17 años me fuí a estudiar a Madrid, donde viví hasta los 30. Me trasladé a Huelva y luego, con un intermedio de algún tiempo en Granada, a Sevilla, donde vivo ahora. ¿Desconcertado? Por la desorientación y perplejidad que me producen situaciones que he conocido o vivido, por comprobar que casi siempre la realidad supera a la ficción."En los blogs se busca el relato en primera persona, que es en torno a lo que pivota el sistema informativo de Internet".Me gustó esta frase y la suscribo.