sábado, 22 de enero de 2011

Canudos

Hace un par de meses, en uno de mis paseos matinales, me acompañó -gracias al ipod- Vargas Llosa con una conferencia en la que explicaba cómo escribía sus novelas, qué métodos empleaba y, en fin, sus maneras de escritor. Me llamó entonces la atención especialmente su preocupación por documentarse adecuadamente sobre el asunto que escribía. No tanto, decía, por poseer conocimientos certeros de aquello que trataba, sino sobre todo por conseguir con ello llegar a vivir el ambiente en el que se desarrollaban sus historias. Solo así podía alcanzar la suficiente soltura para que sus personajes actuaran, pensaran, sintieran, tuvieran en definitiva una existencia auténtica en sus relatos.
Contó cómo se documentó para escribir, a lo largo de tres años, La guerra del fin del mundo, novela considerada por la crítica como una de las mejores de nuestro tiempo en lengua castellana. Yo había comenzado a leer esa novela hace una decena de años, pero -a veces me ocurre con los libros- no pasé de las primeras páginas entonces, y la dejé. Al escuchar en esta ocasión su relato, sin embargo, sentí deseos de leerla y me alegró sobremanera haberlo hecho, pues me ha parecido una buena novela.
Al término del siglo XIX, en la región de Bahía, del norte de Brasil, ocurrió lo que allí se conoce como Guerra de Canudos: se aplastó una rebelión de yagunzos (habitantes de la región) -seguidores de un fanático, Antonio El Consejero- contrarios a la República recién instaurada, por los ejércitos de toda la nación. Los pobres más pobres de la tierra, lucharon hasta morir en nombre del Buen Jesús, contra los que -teóricamente- defendían su causa. Y éstos, los republicanos, creyeron combatir a masas paupérrimas que defendían en su ignorancia a monárquicos reaccionarios e imperios extranjeros. Aquello fue, decía Vargas Llosa, la historia de un monstruoso malentendido con consecuencias dramáticas.
Fue determinante para Mario, lo que le motivó a escribir su novela, la lectura de un libro para él extraordinario: Os Sertoes, del magnífico escritor brasileño Euclides da Cunha; hasta el punto de que recomienda su lectura a quien quiera entender el mundo latinoamericano. Canudos, diario de una expedición, serie de crónicas periodísticas a pie de obra sobre aquella guerra, fue el antecedente del libro mencionado.

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Nací en Valverde del Camino (Huelva) en diciembre de 1948. A los 17 años me fuí a estudiar a Madrid, donde viví hasta los 30. Me trasladé a Huelva y luego, con un intermedio de algún tiempo en Granada, a Sevilla, donde vivo ahora. ¿Desconcertado? Por la desorientación y perplejidad que me producen situaciones que he conocido o vivido, por comprobar que casi siempre la realidad supera a la ficción."En los blogs se busca el relato en primera persona, que es en torno a lo que pivota el sistema informativo de Internet".Me gustó esta frase y la suscribo.