Me interesó desde el primer momento. De forma pausada se dirigió a los asistentes sin alzar la voz, con seguridad. Se notaba que creía, sentía, lo que decía; sin leer nada, sin guión.
Nació en un pueblo pequeñito de León, de unos cuatrocientos habitantes, en el seno de una familia humilde.
Nació en un pueblo pequeñito de León, de unos cuatrocientos habitantes, en el seno de una familia humilde.
-Las vacas viven sobre la nieve, yo conocí ese ambiente desde niño.
Nos dijo a lo largo de la conversación que mantuvimos.
-Ahora el pueblo tendrá unos cuarenta habitantes.
-He hecho muchas cosas por mejorar aquella zona, menos en mi lugar de nacimiento. Ya se sabe, nadie es profeta en su tierra. Siguen siendo mis amigos ¡eh!; lo son desde que éramos niños. Juego con ellos al mus cuando voy por allí, me tomo unos vinos (que están muy malos, por cierto). David ganó mucho dinero -dicen- ¡a saber cómo lo habrá ganado!. En fin...
Nos habló de vacas selectas con "chips" incorporados para producir carne de gran calidad. Contó cómo habían creado la marca de carne Valle del Esla para dar vida a muchas familias de ganaderos en una tierra en gran parte estéril. Cómo consiguieron la colaboración del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en el proyecto, en el que intentan involucrar a presos para lograr su reinserción en la sociedad.
Explicó distintas experiencias en las Bodegas Vega Sicilia , propiedad de la familia. La paciencia que se debe tener para trabajar una marca, que persigue la calidad y la exclusividad.
-Cuesta mucho hacer una marca y se pierde con mucha facilidad. Nos decía.
David Álvarez, con ochenta y un años, sordo de un oído y con aparato de ayuda en el otro, hace gala de una lucidez extraordinaria. Nos recordó sus comienzos como profesor de academia y el inicio de su primera empresa cuando tenía poco más de treinta años, hasta que consiguió crear el Grupo Eulen de empresas de servicios.
Nos habló de su lado humano. Viudo por dos veces que añora a sus dos mujeres. Fracasos que le enseñaron y que ya olvidó. Algunas traiciones que ya no recuerda. ¿Para qué?.
- El hombre, esa es la clave en una empresa.
Contestó cuando fué preguntado por el concepto tan en boga de Responsabilidad Social Corporativa.
- Lo de "corporativa" me sobra. El hombre o la mujer es el alma de la empresa; y el alma no es algo mecánico sometido a procedimientos.
Dijo.
- En mi tierra, León, creo que se ha producido con el tiempo una selección adversa de empresarios. Han quedado los que no arriesgan en nuevos proyectos, los de menor nivel de inquietud.
4 comentarios:
Pues, ¿tendría que ser al contrario no?
"Han quedado los que no arriesgan en nuevos proyectos, los de menor nivel de inquietud"
Me parece una reflexión interesante y no sólo aplicable a León. Siempre me ha molestado lo claro que tenían algunos compañeros de carrera que su futuro eran las oposiciones y una plaza en la Administración Pública. ¿Por qué no se tiene tan claro que se puede crear una empresa?
Otra cosa que choca bastante es que ante cualquier iniciativa lo primero que preguntemos es ¿Y qué subvención me dan por montar esto? Es decir que no se piensa tanto en montar una empresa porque tenemos una idea buena y un proyecto. Primero la subvención.
Pienso que actualmente existe un intervencionismo muy grande y perjudicial en las empresas españolas por parte de las distintas Administraciones.
Veo también muy negativo para el desarrollo del sector privado la proliferación de empresas públicas que compiten directamente con las privadas.
En fin pinceladas que me han pasado por la cabeza tras leerte pariente. Un abrazo.
Entiendo, Manolo, que lo perjudicial es la empresa pública que no compite, la "protegida" de la competencia de alguna manera, la que tiene su clientela asegurada y cautiva. Una empresa, sea cual sea la naturaleza jurídica de su propiedad, pública o privada, debería estar sometida a la disciplina del mercado. Y sus directivos sometidos al escrutinio del mercado y de sus cuentas de resultados, sin privilegios. La UE en sus directivas preconiza éste modelo y sólo considera empresa a la pública que obtiene más del 50% de sus gastos de ingresos del mercado; a la que no obtiene éste mínimo la considera administración pública, lisa y llanamente, aunque se llame o la llamen "empresa". Hay muchos organismos públicos (que se alimentan del presupuesto, es decir, de los impuestos que pagamos todos)que se llaman empresas y no lo son.
¿Cuantos em prendedores?
¡Qué pocos empresarios!
En los últimos tiempos se viene hablando mucho de emprendedores, cultura emprendedora, etc.
¿consistirá en eso, la tan en boga "sostenibilidad"?
Y ...otra pregunta: Si Andalucía está ¡Al máximo!, ya.
¿A donde queremos llegar?
Doria
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