Hace años nos decía el profesor Sampedro que no entendía cómo a un bachiller se le enseñaban cosas como -perdón a los geólogos- la calcopirita y no se les hablaba, ni por asomo, de un cheque, de un crédito o de una cuenta corriente. A lo largo de su vida, sin embargo, tendría que lidiar más con éstos conceptos que con aquél casi con toda seguridad.
La situación no se ha enmendado demasiado. Sólo hay que asomarse a los medios de comunicación cada día para oír o leer interpretaciones sobre asuntos financieros -y económicos en general- bastante asombrosas. Ello tiene, sin duda, importantes repercusiones negativas en el comportamiento y actitudes de la gente. Y, en definitiva, afecta de alguna manera al bienestar.
Bienvenidas sean iniciativas como la reciente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores y el Banco de España de poner al servicio del ciudadano el portal www.finanzasparatodos.es para favorecer una mayor cultura financiera.