tag:blogger.com,1999:blog-70082129434415647872024-02-08T05:22:45.288+01:00La hoja de un desconcertadoFrancisco Javier Romerohttp://www.blogger.com/profile/13168780329040985028noreply@blogger.comBlogger92125tag:blogger.com,1999:blog-7008212943441564787.post-37932657509003725982021-02-15T19:25:00.001+01:002021-02-15T19:25:25.719+01:00Diputado por Valverde ha de salir...<p><br /></p><p><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;"> (apunte histórico a unas coplillas)</span></p><p><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;"> escrito en noviembre de 1998</span></p><div class="page" title="Page 1"><div class="layoutArea"><div class="column"><p><br /></p><p><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">De manera casual, hace unos meses, leyendo un libro de historia política, me encontré con el nombre de Barriobero, célebre personalidad muy </span><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt; font-style: italic;">cantada </span><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">en mi pueblo en coplas antiguas, del que, sin embargo, apenas nada conocía. Inmediatamente recordé vivencias de mi juventud, los buenos ratos pasados en los que cantábamos a coro aquellas coplas. Me picó el gusanillo de la curiosidad, y empecé a atar cabos que pudieran situar en la historia los hechos que referían aquellas coplillas con aires de cuplé, generalmente atribuidas por mis paisanos a José Manuel Ramos Rivera apodado “Pelachingo”. Por su edad e ingenio es posible que así sea, si bien determinadas incorrecciones en algunos de los nombres y apellidos que en ellas aparecen, tanto en las letras que se cantaban como en las escritas en algunas publicaciones, hacen pensar en la posibilidad de otra autoría, con certeza, yo no lo sé. Mis averiguaciones, sin embargo, han estado orientadas a identificar las personas y los hechos, el contexto, que se mencionan en la letra, más que a la copla en sí. El resultado de las indagaciones que he realizado es lo que pretendo reflejar en estas líneas.</span></p><p><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt; font-weight: 700;">Recuerdos de juventud</span></p><p><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">Tendría yo dieciséis años a mediados de la década de los sesenta, cuando le escuché por primera vez al amigo Benedicto, acompañado con arte y gracia por sus </span><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt; font-style: italic;">platillos</span><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">, unas coplas que decían cosas no corrientes entonces. No debíamos cantarlas –se preocupaban de decirnos nuestros mayores- porque eran de </span><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt; font-style: italic;">republicanos</span><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">; hablaban de política y partidos políticos, de elecciones y votos, cosas todas ellas </span><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt; font-style: italic;">malas </span><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">en aquellos tiempos de dictadura, cuando a la de Franco, a pesar de haber cumplido treinta años, aún le quedaban otros diez largos de vida.</span></p><p><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">Aquel régimen no admitía nuestra historia auténtica, especialmente la reciente. Como si sólo hubieran existido gestas gloriosas y personajes insignes de la historia oficial que se enseñaba. La democracia parlamentaria era algo ajeno a los españoles, así como los partidos políticos, las elecciones y los sindicatos. Sencillamente, se pretendió borrar de la historia los años y siglos que hiciera falta, y, lo que fue peor, las personas que no encajaban en aquel escenario.</span></p><p><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">A nosotros, jóvenes ajenos a todo lo que no fuera diversión, nos resultaban graciosas aquellas coplas y, seguramente, también movidos por el morbo de rozar lo prohibido, las cantábamos cuando surgía la ocasión, que solía ser estando de copas con los amigos, antes o después de las habaneras. La experiencia, con más o menos detalles, es común para muchos valverdeños de mi generación y anteriores generaciones.</span></p><p><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt; font-weight: 700;">Las </span><span style="font-family: Cambria;"><b>coplillas</b></span></p><p><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">No garantizo la autenticidad o la integridad del texto; me limito a reflejar el que, más mal que bien, retengo en la memoria. Es como sigue:</span></p></div></div><img alt="page1image3726384" height="0.719971" src="blob:https://www.blogger.com/51ab9d51-38ea-4b17-abc0-9363a7ce3850" width="211.440000" /></div><div class="page" title="Page 2"><div class="layoutArea"><div class="column"><p><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">I<br />El Partido Liberal se desatina </span></p><p><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">porque quiere que votemos a Limón,</span></p><p><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">y nos pone por delante una cortina</span></p><p><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">y a nosotros nos está chico un telón.</span></p><p><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;"><br />II<br />Los doctores que trabajan por la higiene</span></p><p><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">recomiendan por primera medicina</span></p><p><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">ventilar bien todas las habitaciones,</span></p><p><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">evitando que se corran las cortinas.</span></p><p><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">III<br />Ni Cortina, ni Limón, ni Fiscowich,</span></p><p><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">ni Rebollo, ni Tesifonte Gallego,</span></p><p><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">diputado por Valverde ha de salir</span></p><p><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">quien defiende los derechos del obrero.</span></p><p><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">ESTRIBILLO</span></p><p><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">Valverdeño, valverdeño,</span></p><p><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">Hay que convencerse así:</span></p><p><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">Hay que decirle a Limón que NO,</span></p><p><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">y a Barriobero SI.</span></p><p><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt; font-weight: 700;">En la última etapa de la Restauración</span></p><p><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">Debe estar relacionada la letra de las coplillas con las elecciones generales que se celebraron en España el 24 de febrero de 1918, en las que Barriobero consiguió ser elegido, por primera vez, diputado por el distrito electoral de Valverde del Camino. Volvería a serlo por segunda vez al año siguiente, en 1919. Han transcurrido ochenta años desde entonces. Afortunadamente, una serie de jóvenes historiadores de gran valía están trabajando en la interpretación de una época histórica, la Restauración, que en gran parte determinó nuestro presente. En cierto modo se está descorriendo el gran velo que significó la Dictadura de Franco, se está superando, en este terreno también, nuestra dramática guerra civil. Entre esos trabajos y en referencia a la provincia de Huelva, destaca la labor realizada por María Antonia Peña Guerrero. A ella le debo el marco interpretativo que da soporte a este artículo, además de muchas de las referencias.</span></p><p><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">Reinaba Alfonso XIII y el régimen de la Restauración –cuyo principal valedor, Cánovas del Castillo, hacía ya veinte años que había sido asesinado (1897)- presentaba claros signos de descomposición. Es opinión compartida, por los historiadores más solventes, que el régimen canovista, si bien proporcionó un largo periodo de estabilidad política en el marco de una monarquía parlamentaria (los cincuenta años comprendidos entre el último cuarto del siglo XIX y el primero del XX), dejó a la vez huellas negativas cuya superación necesitó de muchos esfuerzos y sacrificios. Algunas de ellas, por cierto, hoy están en trance de reverdecer.</span></p><p><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">Los mentores de aquel régimen, personas sin duda de gran capacidad e inteligencia, admiradores del parlamentarismo inglés, tenían no obstante una concepción de la sociedad española profundamente conservadora y negativa. La Constitución de 1876, norma fundamental durante todo el periodo, si bien</span></p></div></div></div><div class="page" title="Page 3"><div class="layoutArea"><div class="column"><p><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">establecía la monarquía parlamentaria como estructura idónea de poder, le asignaba al rey prerrogativas que lo situaban, de hecho, por encima del Parlamento. Se trataba ciertamente de un régimen democrático, homologable a los existentes en Europa, pero con grandes limitaciones: el sistema electoral restringía enormemente el derecho al voto; los partidos políticos ajenos al turno, es decir, los que representaban a las clases sociales entonces emergentes, republicanos y socialistas, a duras penas encontraban espacio legal donde ejercer sus derechos. Sólo conservadores y liberales, representantes privilegiados de la oligarquía, en una especie de pacto no escrito que debía cumplirse con toda precisión, accedían alternativamente al poder. La corruptela electoral, mediante la cual el partido del turno que había recibido encargo del rey de formar gobierno, se </span><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt; font-style: italic;">fabricaba </span><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">la correspondiente mayoría en el Parlamento, terminó por convertir la alternancia política en una caricatura.</span></p><p><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt; font-weight: 700;">Un sistema electoral en crisis</span></p><p><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">El sistema electoral vigente en 1918 no era comparable al actual. Por citar las diferencias más significativas: El censo era extraordinariamente reducido, ya que el sufragio no era tan universal como daba a entender su nombre, excluía a todas las mujeres y a los menores de 25 años, entre otros; la circunscripción electoral también era diferente a la de hoy, pues la mayoría de los diputados se elegían en distritos uninominales, sólo podía resultar elegido un diputado, lo que favorecía el caciquismo y dificultaba la elección de las minorías.</span></p><p><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">El gobierno que convocó las elecciones de 1918 no fue uno más del sistema. La situación política y social había llegado a tal deterioro que el rey se vio obligado a encargar la formación de un </span><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt; font-style: italic;">gobierno de concentración</span><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">, en el que estuvieran representados, no sólo conservadores y liberales, sino también las distintas facciones que se habían formado dentro de ellos, así como los representantes de la oligarquía catalana. García Prieto, liberal, lo suficientemente débil como para no levantar una cerrada oposición en el colectivo protagonista de la alternancia, fue el encargado de formar un gobierno con personajes de segunda fila, en el que estaban representados todos los grupos liberales (garcíaprietistas, romanonistas, albistas), conservadores (datistas, mauristas, ciervistas) y los regionalistas y autonomistas- independentistas catalanes integrados en el sistema seguidores de Cambó; Alcalá Zamora, quien más tarde sería Presidente de la República, liberal entonces, ocupó la cartera de Fomento, donde Tesifonte Gallego (algunos en mi pueblo, al cantar la copla, decían equivocadamente “el Pontífice Gallego”) desempeñó una Dirección General. En Gobernación, ministerio encargado de </span><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt; font-style: italic;">fabricar </span><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">las mayorías parlamentarias, se situó a un magistrado, en un intento de darle mayor autenticidad a estas elecciones.</span></p><p><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">Fueron estas elecciones, por lo tanto, algo más </span><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt; font-style: italic;">puras </span><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">de lo acostumbrado, precisamente por ser más </span><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt; font-style: italic;">neutrales </span><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">al menos en cuanto al comportamiento del gobierno en el proceso. Disminuyó el número de candidatos proclamados por aplicación del artículo 29 de la Ley Electoral de 1907 vigente, según el cual cuando en un distrito uninominal (la mayoría de ellos, donde sólo resultaba elegido un diputado) o en una circunscripción (donde se elegían entre tres y ocho diputados, según su tamaño) no se presentaban más candidatos que el número de puestos a cubrir, los candidatos únicos, de manera automática, quedaban proclamados </span><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">diputados sin necesidad de ser votados, con lo que una parte considerable del electorado quedaba privada en la práctica del derecho al voto.</span></p></div></div></div><div class="page" title="Page 4"><div class="layoutArea"><div class="column"><p><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">En esta ocasión </span><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt; font-style: italic;">sólo </span><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">resultaron proclamados diputados sesenta y un candidatos por el procedimiento descrito, con lo que quedaron privados del derecho al voto nada menos que el 11,3 por ciento de los electores. En las elecciones inmediatamente anteriores, en 1916, los candidatos proclamados por el procedimiento del mencionado artículo 29 fueron ciento cuarenta y cinco, uno de ellos Limón por el distrito de Valverde, y los electores privados del voto supusieron el 35,7 por ciento.</span></p><p><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt; font-weight: 700;">En Valverde ocurrió la novedad: un diputado no perteneciente al </span><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt; font-style: italic; font-weight: 700;">turno</span></p><p><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">La provincia de Huelva tenía entonces, como hoy, derecho a elegir cinco diputados, pero a diferencia de lo establecido en el actual sistema electoral no constituía una sola circunscripción, sino tres: Huelva (la “circunscripción”, formada por los censados en la capital de la provincia y en 32 municipios de la Costa y el Condado) que elegía a tres diputados, el “distrito” de Aracena (municipios de la Sierra) que elegía a un diputado, y el de Valverde del Camino (Andévalo y pueblos mineros) que elegía a un diputado. Por ello, tenía pleno sentido decir “diputado por Valverde” en la copla, en referencia no ya al pueblo de Valverde, sino al distrito electoral del mismo nombre.</span></p><p><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">Por la “circunscripción” de Huelva fueron elegidos en 1918: Manuel Rebollo Orta, conservador, con 14.309 votos; Antonio de Mora Claros, conservador, con 14.050 votos; y José Limón Caballero, liberal, con 9.397 votos. Los otros dos candidatos, ambos liberales, fueron derrotados, al obtener José Tejero Gómez- Vizcaíno 9.047 votos y Guillermo Moreno Calvo 8.884 votos. Estos últimos trasladarían al Congreso de los Diputados, entonces órgano encargado de dictaminar sobre las reclamaciones electorales, sus recursos por “manipulaciones” electorales atribuidas al jefe provincial de los conservadores, el moguereño Burgos y Mazo, sin efectos prácticos sobre los resultados de la votación.</span></p><p><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">Por el “distrito” de Aracena resultó elegido Francisco Javier Sánchez-Dalp y Calonge (marqués de Aracena), conservador, con 11.071 votos. El candidato derrotado, Cándido Romero Martín, liberal (¿?), sólo obtuvo 371 votos. No hubo reclamaciones.</span></p><p><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">En el “distrito” de Valverde ocurrió la novedad: fue candidato y resultó elegido el representante nacional de un partido político ajeno al turno y minoritario, el Partido Democrático Republicano Federal. En efecto, consiguió el acta de diputado Eduardo Barriobero Herrán con 6.869 votos. El candidato liberal, Juan Gómez-Acebo y Molet, con 4.309 votos, fue derrotado. Varios sin especificar recibieron 6 votos y en blanco 31 votos.</span></p><p><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">Al comparar el número de votos que </span><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt; font-style: italic;">cuesta </span><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">un diputado hoy (alrededor de 45.000 el más </span><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt; font-style: italic;">barato </span><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">en las elecciones de 1996 para la provincia de Huelva) con el que se necesitaba entonces, se verá que habrá de multiplicarse por un número mucho mayor que el dos, que es lo que ha crecido desde entonces la población española. Es curioso también observar cómo un diputado por la “circunscripción” de Huelva (la zona más poblada de la provincia) necesitaba más votos que en los “distritos” (territorios con menos población). Paradójicamente, el sistema electoral que primaba la representación de los núcleos rurales en detrimento de los urbanos </span><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">por considerar que en estos se situaban las mayores concentraciones de obreros, en el caso de Valverde operó a favor de lo que se pretendía evitar.</span></p></div></div></div><div class="page" title="Page 5"><div class="layoutArea"><div class="column"><p><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt; font-weight: 700;">Un </span><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt; font-style: italic; font-weight: 700;">marketing </span><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt; font-weight: 700;">electoral singular</span></p><p><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">Lo más probable es que la coplilla tuviese relación con la campaña electoral que llevó a estos resultados. Debió formar parte del </span><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt; font-style: italic;">marketing </span><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">electoral de la minoría republicana. Jesús Ramirez Copeiro, en su trabajadísimo libro </span><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt; font-style: italic;">Valverde a través de la fotografía (1840-1940) </span><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">comenta la foto de la página 124, del año 1925, e identifica en ella, atribuyéndoles la condición de miembros del Partido Republicano Federal a: Alejandro Calero Bermejo (zapatero), Andrés Valero Arrayás (sastre), Diego Canto Mantero “Corcha” (zapatero), Diego Fernández Parreño “Mateo” (impresor), Manuel Calero Bermejo (zapatero), Marco Doblado Bermejo “Paino” (zapatero), Francisco Parreño López “Mamá” (zapatero), Luís Benito Romero (abastecedor de buques en Huelva) y José Bermejo Castilla “Reco” (campanillero). Seguramente algunos de ellos si no todos, siete años antes de la fecha de la fotografía, tuvieron participación activa en la campaña electoral que comentamos. Sea como fuere, el testimonio fotográfico nos da una idea del perfil del militante o simpatizante del partido político del que era dirigente destacado Barriobero.</span></p><p><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">Los votantes de la provincia de Huelva, con una “circunscripción” y dos “distritos” electorales, eligieron en esta ocasión a tres diputados conservadores, a un liberal y a un republicano federal, según hemos visto. Tal variedad política en tan corto número de diputados, incluyendo un representante de la minoría republicana, considerada en aquella época como extrema izquierda, debió ser una auténtica revolución.</span></p><p><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">Hay que señalar, sin embargo, que los resultados provinciales fueron de signo contrario a los nacionales: mientras en España ganaron las elecciones los liberales, en Huelva fueron los conservadores los vencedores. El Partido Liberal obtuvo 167 escaños, mientras que los conservadores sólo consiguieron 155; 32 escaños fueron para regionalistas y nacionalistas, 15 para los republicanos, 8 para reformistas y 6 para los socialistas.</span></p><p><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">El salto de éstos últimos fue una novedad, pues sólo un socialista (obrero) había sido diputado hasta entonces en aquel Parlamento, Pablo Iglesias (consiguió ser diputado en 1910). En esta ocasión la representación socialista integraba a los miembros del Comité de Huelga del año 1917, que cumplían condena en el penal de Cartagena: Largo Caballero, Julian Besteiro, Anguiano y Saborit; a Pablo Iglesias y al entonces joven Indalecio Prieto que se revelaría como gran parlamentario en esta legislatura.</span></p><p><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt; font-weight: 700;">Los personajes de la copla</span></p><p><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">José Limón Caballero, conocido en Valverde como </span><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt; font-style: italic;">el diputado </span><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">sin más, pertenecía al Partido Liberal y, dentro del mismo, era dirigente provincial de la facción </span><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt; font-style: italic;">romanonista </span><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">(capitaneada por el Conde de Romanones), una de las tres en la que estaba dividido. No debe interpretarse la pertenencia a un partido político como la haríamos hoy. En aquel tiempo los partidos eran grupos clientelares basados en la influencia personal del jefe, mas que en compromisos ideológicos asentados en una militancia activa.</span></p></div></div></div><div class="page" title="Page 6"><div class="layoutArea"><div class="column"><p><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">Había sido ya Limón diputado por Valverde en cuatro ocasiones, la primera vez en 1898, año en que accedió a las Cortes al </span><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt; font-style: italic;">heredar </span><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">la jefatura política de su padre, Francisco Limón Rebollo. Ocupó en aquella ocasión un sillón de Secretario en la Sesión Regia de Apertura de Las Cortes, posiblemente por ser uno de los diputados de menor edad. Fue también diputado por Valverde en 1899, en 1901 y en 1916. Y lo fue por Huelva en 1903, en 1905 y en 1907. En esta ocasión – elecciones de 1918- Limón no se presentó por Valverde, sino por Huelva, donde resultó elegido por octava vez en su ya dilatada carrera política. A mi modo de ver, el hecho de no presentarse por Valverde explica aquello de la </span><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt; font-style: italic;">cortina</span><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">, pues se trataba, para el votante del distrito, de optar a la elección de alguien distinto a Limón, Juan Gómez-Acebo (pariente -¿hijo?- del Marqués de Cortina) pero de su misma </span><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt; font-style: italic;">cuerda</span><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">. Andando el tiempo, Limón volvería a ser elegido diputado tres veces más por Huelva, además de desempeñar otros cargos políticos. Aunque no es el momento, me gustaría dejar apuntado que la figura de José Limón Caballero, valverdeño de adopción, político de primer orden durante una etapa dilatada y trascendental de nuestra historia, bien merece un esfuerzo de investigación al que prometo aportar mi granito de arena.</span></p><p><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">Tesifonte Gallego García era liberal. Había sido diputado </span><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt; font-style: italic;">cunero </span><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">por Valverde en 1905. En estas elecciones concurrió y fue elegido diputado por Hellín (Albacete). Desempeñaba en este periodo el cargo de Director General de Agricultura, Industria y Comercio, del Ministerio de Fomento, entonces compatible con ser diputado. Periodista de profesión, murió en ésta legislatura, en el año 1918.</span></p><p><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">Florencio Fiscowich y Díaz de Antoñana, también liberal como los anteriores, había sido ya diputado </span><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt; font-style: italic;">cunero </span><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">por Valverde en 1919.</span></p><p><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">Manuel Rebollo Orta, conservador, natural de Huelva. Había sido diputado por Valverde en 1914, volvió a serlo por Huelva en 1916 y, como hemos visto, resultó elegido en estas elecciones de 1918. Fue senador en 1919 y en 1921. Era una de las personas más influyentes entre los conservadores onubenses.</span></p><p><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">Eduardo Barriobero Herrán, abogado, nacido en el pueblecito riojano de Torrecilla de Cameros en 1875. Tenía 43 años cuando concurrió a las elecciones para diputado por el distrito de Valverde. No era un novato, había sido elegido diputado por Madrid, donde residía, en 1913. Activista político desde su juventud, seguidor de Pi y Margall, escritor y traductor prolífico, llegó a ser máximo responsable del minoritario Partido Republicano Federal, muy ligado a la vertiente anarquista del movimiento obrero español. Vino a Valverde -atraído por las posibilidades electorales de los núcleos mineros, especialmente el de Riotinto, incluidos en este distrito electoral- precedido de una cierta fama como “defensor de los derechos del obrero” (según reza la copla), al haber actuado como abogado de algunos inculpados en los procesos penales desencadenados por la huelga de 1917. Fue diputado </span><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt; font-style: italic;">cunero </span><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">por Valverde en 1918 y volvería a serlo en 1919. Seria de nuevo diputado, por Oviedo, en 1931, en la primera legislatura de la Segunda República.</span></p><p><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">Barriobero, en sintonía con una concepción anarquista de la sociedad y de la política, escribía en 1916: “Nuestros problemas nacionales no son de los que no tienen solución posible (...). Por el contrario, tienen soluciones facilísimas, que están al alcance de todas las inteligencias; pero no de todas las actividades, pues la esfera de acción de nuestros políticos, de nuestros comerciantes, de nuestros industriales y aún de nuestros artistas está circunscrita y comprimida por las </span><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">murallas seculares, contra las que nada pueden todavía los aeroplanos de la imaginación ni los arietes de la inteligencia.”.</span></p></div></div></div><div class="page" title="Page 7"><div class="layoutArea"><div class="column"><p><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">Azaña, que tenía una pésima opinión del personaje, hasta el punto de negarle su firma como Presidente de la República al Ministro de Justicia al proponerlo como Fiscal General en 1936, dice en sus Diarios: “El tal Barriobero ha sido siempre así. Turbio y turbulento, abogado de malas causas, nutriéndose de los delitos ajenos, con un pie en los centros sindicalistas y revolucionarios y otro en la Dirección de Seguridad o en Gobernación. Delator, según cuentan. Por supuesto, federal. Dirigía una de las tres ramas en que últimamente se había dividido el federalismo, que estando reunido, no representaba nada, más bien, representaba una tendencia a lo maniático. Era uno de los republicanos indeseables, merodeadores, descrédito y deshonra de la política a quienes me propuse anular el año pasado.”. Esta dura confidencia la escribe Azaña en 1937, refiriéndose a los preparativos de las listas electorales del Frente Popular para las elecciones de 1936.</span></p></div></div></div><div class="page" title="Page 8"><div class="layoutArea"><div class="column"><p><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">BIBLIOGRAFÍA</span></p><p><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">Azaña, Manuel: </span><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt; font-style: italic;">Memorias políticas y de guerra</span><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">. Grijalbo. Madrid, 1978, 2 vols. Barriobero Herran, Eduardo: </span><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt; font-style: italic;">De Cánovas a Romanones. La bancarrota nacional. Apuntes para el estudio de nuestros actuales problemas. </span><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">Vda. e Hijos de Pueyo. Madrid, 1916.<br />Cabrera, Mercedes (dir.): </span><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt; font-style: italic;">Con luz y taquígrafos. El Parlamento en la Restauración (1913-1923). </span><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">Taurus. Madrid, 1998.<br />Carr, Raymond: </span><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt; font-style: italic;">España, 1808-1975. </span><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">Ariel. Barcelona, 1985.<br />Diario de las Sesiones de Cortes. Congreso de los Diputados. Madrid. 1898, 1905, 1910, 1918, 1931.<br />Fernández Almagro, Melchor: </span><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt; font-style: italic;">Historia Política de la España Contemporánea. </span><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">Alianza. Madrid, 1968, 3 vols.<br />García Queipo de Llano, Genoveva: </span><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt; font-style: italic;">El reinado de Alfonso XIII. La modernización fallida. </span><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">Historia 16. Madrid, 1997.<br />Martínez Cuadrado, Miguel: </span><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt; font-style: italic;">La burguesía conservadora (1874-1931). </span><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">Alianza- Alfaguara. Madrid, 1974.<br />Peña Guerrero, María Antonia: </span><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt; font-style: italic;">El sistema caciquil en la provincia de Huelva. Clase política y partidos (1898-1923). </span><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">Ayuntamiento de Córdoba, 1993.</span></p><ul style="list-style-type: none;"><li><p><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">- </span><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt; font-style: italic;">Historia moderna y contemporánea de la provincia de Huelva en los siglos XIX y XX. </span><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">Diputación de Huelva, 1995.</span></p></li><li><p><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">- “Los fundamentos del sistema político de la Restauración en Andalucía” y “La evolución del sistema político” con María Sierra Alonso, en </span><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt; font-style: italic;">Historia de Andalucía Contemporánea</span><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">, Leandro Álvarez Rey y Encarnación Lemus López (eds.). Universidad de Huelva, 1998.</span></p><p><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">Ramirez Copeiro del Villar, Jesús: </span><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt; font-style: italic;">Valverde a través de la fotografía (1840-1940). </span><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">Edición del autor. Huelva, 1987.<br />Suárez Cortina, Manuel: </span><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt; font-style: italic;">La Restauración, entre el liberalismo y la democracia. </span><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">Alianza. Madrid, 1997.</span></p><p><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">Tusell Gómez, Xavier: </span><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt; font-style: italic;">La España del siglo XX. Desde Alfonso XIII a la muerte de Carrero Blanco. </span><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">Dopesa. Barcelona, 1975.<br />- </span><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt; font-style: italic;">La política y los políticos en tiempos de Alfonso XIII. </span><span style="font-family: Cambria; font-size: 12pt;">Planeta. Barcelona, 1976.</span></p></li></ul></div></div><img alt="page8image1658352" height="0.719971" src="blob:https://www.blogger.com/4ebf765e-64a9-4ed2-a483-9a1bcda78302" width="76.800020" /></div>Francisco Javier Romerohttp://www.blogger.com/profile/13168780329040985028noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7008212943441564787.post-85915834870078149032015-06-12T18:09:00.001+02:002015-06-12T18:09:35.105+02:00Veinte años no es nada...<div style="text-align: justify;">
Hace veinte años fue elegido alcalde de Huelva Pedro Rodriguez. Era el primero de la lista del Partido Popular; se presentó como independiente. Necesitó entonces el apoyo de Izquierda Unida para ser alcalde, porque su grupo no logró la mayoría suficiente. En las recientes elecciones municipales, el Partido Popular en Huelva tampoco ha logrado mayoría suficiente para elegir alcalde, pero en esta ocasión no ha contado con otro grupo político de apoyo. Y Pedro Rodriguez, militante ya veterano del Partido Popular, no podrá ser elegido de nuevo alcalde de Huelva, por lo que no va a "recoger" (así lo ha declarado) su acta de concejal.</div>
<div style="text-align: justify;">
Fue elegido alcalde de Huelva en cinco ocasiones, en cuatro de ellas por mayoría absoluta de los concejales del ayuntamiento. En su escrito de despedida como alcalde recuerda a los doce hombres y mujeres que le ayudaron a serlo por primera vez; creo que fueron más de doce... ya se sabe que la memoria a veces flaquea. También dice que no quiere hacer un balance de su gestión durante estos veinte años; no estaría mal que lo hiciera, especialmente de la urbanística. Dice que se va "ligero de equipaje"...<br />
<br /></div>
Francisco Javier Romerohttp://www.blogger.com/profile/13168780329040985028noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7008212943441564787.post-47255469602314154132013-11-14T20:39:00.000+01:002013-11-15T10:58:12.898+01:00La manzana mordida<div style="text-align: justify;">
Según cuentan, en cierta ocasión le preguntaron a Steve Jobs, fundador de Apple, si el símbolo de la casa, la famosa manzana mordida, era en realidad un homenaje a Alan Turing, a la vista de las <a href="http://www.rtve.es/noticias/20111006/leyenda-realidad-tras-logo-manzana-mordida-apple/466515.shtml">variadas versiones</a> que circulaban por ahí; contestó que no, pero que hubiese sido una magnífica idea. Hace unos años, el primer ministro británico pidió públicamente <a href="http://www.libertaddigital.com/internet/brown-pide-perdon-por-el-maltrato-al-pionero-de-la-informatica-alan-turing-1276370221/">perdón</a> a Alan Turing por el injusto comportamiento que se había tenido con él. Ambos hechos nos dan idea de, por un lado, la gran importancia de Turing como padre de la informática y, por otro, de la falta de reconocimiento que ha tenido hasta hace relativamente poco tiempo su enorme contribución.<br />
Durante el año pasado y éste, se han venido celebrando conferencias, encuentros y otros actos en muchos países, recordando las aportaciones de Alan Turing en el campo de la informática, la inteligencia artificial, etc. Leí lo publicado por El País en su blog sobre <a href="http://blogs.elpais.com/turing/">El año Turing</a> y he escuchado algunas conferencias, dadas por especialistas en distintas universidades, colgadas en You Tube; también he leído "<a href="http://www.antonibosch.com/libro/alan-turing-el-hombre-que-sabia-demasiado">El hombre que sabía demasiado. Alan Turing</a>" de David Leavitt, interesante biografía del personaje. Y he podido hacerme una idea más precisa de la importancia que han tenido -y siguen teniendo- las aportaciones que este hombre ha hecho a la humanidad. La verdad es que yo tenía sólo una vaga idea del personaje, recuerdos no muy precisos de una película -Enigma- en la que se relataba una historia sobre el descifrado por parte de los británicos de los mensajes encriptados del ejercito alemán durante la segunda guerra mundial, y poca cosa más. Para mí, lo chocante del asunto es que mi relación con la informática comenzó recién muerto Franco, hace ya algunos años, y no tenía ni idea de las aportaciones de Turing. Posiblemente ello se deba a mi ignorancia, pero confieso que nunca me hablaron -o leí- antes de la enorme importancia del personaje.<br />
La empresa en la que yo trabajaba decidió, a mediados de los setenta del siglo pasado, comprar un ordenador (un Univac 90/30 creo que era) y, claro, necesitaba un grupo de personas que lo manejara. Entonces, a diferencia de ahora, sólo tenían relación directa con semejante máquina un reducido número de empleados, "los informáticos", rodeados de un halo mágico y misterioso. Pidieron voluntarios que se prestaran a hacer unas pruebas para pasar al servicio de informática que se iba a crear. Y así empezó mi encuentro con programas, paquetes de aplicaciones, cintas magnéticas, discos (<i>lavadoras</i> les llamábamos a los artilugios donde funcionaban), tarjetas perforadas, en fin, con todo lo relacionado con la informática de entonces.<br />
No es que yo me convirtiera en un experto en la materia, simplemente comencé a ser usuario del ordenador, y empecé a utilizarlo habitualmente en mis trabajos relacionados con la gestión empresarial o administrativa. Y al haber tenido contacto con la informática durante, el que puede considerarse hoy, su periodo prehistórico, me familiaricé con el uso práctico del sistema binario (que había estudiado, pero del que desconocía por completo sus aplicaciones prácticas), de los octetos y de los bits, de los sistemas de codificación, del análisis, de la construcción y ejecución de programas... Entonces trabajábamos con <i>fichas perforadas</i> (trozos de papel acartonado que admitían hasta 80 posiciones en las que podía haber o no -el cero o el uno, ser o no ser, positivo o negativo, encendido o apagado- una perforación, que se preparaban en una <i>perforadora</i>) para introducirle al ordenador tanto los datos como los programas que le decían qué hacer con ellos; debíamos, por ejemplo, "componer" cada línea de salida hacia la impresora, diciéndole a la máquina cómo debía escribir los resultados. "El ordenador es tonto", nos decían; hace lo que le digas -y sólo lo que le digas- que tiene que hacer; el ordenador debía estar en una sala especial, refrigerada y con falsos suelos para una mejor manipulación de todos los artilugios y del cableado; lo dicho...la prehistoria.<br />
A Turing le debemos la victoria -o el acortamiento significativo de la contienda- de los aliados sobre la Alemania hitleriana en le segunda guerra mundial. Condenado a prisión, poco después, por mantener relaciones homosexuales, fue sometido a una brutal castración química, por inyección de hormonas femeninas, por el país que había ayudado a salvar. Apareció muerto el 8 de junio de 1954, junto a una manzana mordida cubierta con cianuro. Aún hoy no se han despejado las dudas sobre las extrañas circunstancias de su muerte. De acuerdo con lo manifestado por Jobs, si el símbolo de la manzana mordida no se hizo en honor de Alan Turing, hubiera sido una buena idea.<br />
<br /></div>
Francisco Javier Romerohttp://www.blogger.com/profile/13168780329040985028noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7008212943441564787.post-78949973010848315662013-06-03T22:37:00.001+02:002013-06-03T22:37:47.042+02:00Florido Mayo<div style="text-align: justify;">
Supe un día, hace algunos años, que era de lo mejor que se había escrito en castellano en el último tercio del siglo pasado y anduve buscando, para comprarla, la novela "Florido Mayo" por todas las librerías de Sevilla sin poderla encontrar. Tendré que leerla, me dije, y busqué en las bibliotecas, figuraba en el catálogo de la biblioteca provincial de Sevilla (magnífico edificio junto al Parque de María Luisa), sin embargo, no pudieron encontrarla para dármela en préstamo. Recordé aquello de "nadie es profeta en su tierra" buscando alguna explicación de lo que me estaba pasando; por fin, pude adquirir la ansiada novela, de segunda mano, en una librería de viejo y disfruté enormemente durante su lectura. Las recomendaciones que me dieron eran ciertas, Alfonso Grosso había parido una de las mejores novelas que se han escrito en español durante el siglo XX. Por eso, cuando surge la ocasión, le recomiendo su lectura a quien no haya disfrutado aún de ella.</div>
<div style="text-align: justify;">
Mi amigo Juan, a quien le referí el asunto hace ya algún tiempo, me escribió el otro día el siguiente correo electrónico:</div>
<div style="text-align: justify;">
"<span class="Apple-style-span" style="font-family: Calibri, sans-serif; font-size: 17px;">LIBRO: [@@@] FLORIDO MAYO / ALFONSO GROSSO (me lo recomendó encarecidamente Paco Romero como la mejor novela del siglo XX); la he leído en un periodo muy largo (noviembre 2011 hasta hoy 1 de junio de 2013); me ha parecido cada frase una gloria, cada palabra es un portento literario, una "fiesta" de barroquismo esplendoroso, apoteósico, una poesía compuesta como una estructura compleja y bellísima, admirable, ¡¡maravillosa!!; los ratos que cogí el libro me reanimaban por la grandeza del uso del lenguaje; es un laberinto de una existencia; la crónica de una familia que vive la Sevilla de la primera mitad del siglo XX y se comprueba su gloria y decadencia, miserias y grandezas; describe extraordinariamente las familias burguesas que forjaron una Sevilla olvidada y retrata una fotografía con una cámara psicodélica: sus ambientes (patios con palmerales y frondas que recuerdan fuegos artificiales); retrata las pasiones, humillaciones, emociones y amores de seres que en algún momento son como fantasmas (elementos filosóficos muy profundos: comparación entre condescendencia y tolerancia; ánimos distintos de animosidades); entra en el ser humano y su capacidad de amar frustrada, muestra la tristeza en la soledad y la entrega de unos seres marcados por su entorno; escribe el auge y la caída de la ciudad y lo asocia (y relaciona) con el auge y decadencia de la familia; hay a lo largo del libro un saberse que el destino lo determina todo, un conformismo de entrega que sólo salva a algunos miembros de la familia como pequeñas luces (en este oscuro infierno); consigue el clímax para llegar hasta descubrir un adulterio, la confirmación de un fatalismo; me ha traído recuerdos personales muy especiales: he tenido presente a lo Jiménez del Barrio con otra escala moral (pero el mismo renunciar); mi madre salvando a los hermanos; y un recuerdo tierno y adorable, la referencia al papel rayado del estanco y el sobre forrado de manila violenta; la condición humana vista a través de una familia en su esplendor y caída; y en una amor encarnado en todos los encuentros cde un hombre con sus fantasmas sentimentales y eróticos (enfermera, espia, monja); es una novela autobiográfica y experimental, es la literatura GRANDE".</span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Calibri, sans-serif; font-size: 17px;"><br /></span></div>
Francisco Javier Romerohttp://www.blogger.com/profile/13168780329040985028noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7008212943441564787.post-67772606516058292602013-04-14T09:56:00.000+02:002013-04-14T09:56:20.007+02:00Jóvenes andaluces interpretando a Mahler<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Arial, Helvetica, Garuda, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 20px;">“Es muy emocionante sentir la ilusión con la que interpretan una de las mejores sinfonías del siglo XX” declaró a la prensa el director del concierto que escuché el pasado día 1 de abril en el Teatro de la Maestranza de Sevilla, Pedro Halffter. Y, en efecto, resultó muy emocionante. Ciento ocho jóvenes andaluces, de los más variados pueblos y ciudades de nuestra tierra, unidos por la música, por la -para muchos- la sinfonía cumbre de Mahler ¡nada menos!. La Orquesta Joven de Andalucía nos conmovió durante la hora y media que duró su magnífica interpretación de la Novena Sinfonía de Mahler, extraordinariamente dirigidos por Pedro Halffter.</span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Arial, Helvetica, Garuda, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 20px;">De entre estos jóvenes saldrán, sin duda, magníficos profesionales de la música que veremos triunfar en el futuro. Nos demostraron ser jóvenes abiertos al mundo, ilusionados, empeñados en lograr la perfección con esfuerzo, entrega y buena dirección. Me sentí ese día orgulloso de ellos. </span></div>
Francisco Javier Romerohttp://www.blogger.com/profile/13168780329040985028noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7008212943441564787.post-91099906464710699862013-02-08T10:09:00.001+01:002013-02-08T10:09:43.230+01:00La Manguilla<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjBc2eyZTPj6gUQsUg-rD7Tz1gJu6dy1Z2DbMhg2dA0icmShNsw0L-q87iYYmoQN4j-h6AZZfMVkf4_ePxytqjQ-DPgE-chA20wMRoL135zgiWJ-3Zrz6ij6hBA8QK6HM2HhadvOc3r5jg/s1600/2013-01-31+12.37.19.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjBc2eyZTPj6gUQsUg-rD7Tz1gJu6dy1Z2DbMhg2dA0icmShNsw0L-q87iYYmoQN4j-h6AZZfMVkf4_ePxytqjQ-DPgE-chA20wMRoL135zgiWJ-3Zrz6ij6hBA8QK6HM2HhadvOc3r5jg/s320/2013-01-31+12.37.19.jpg" width="240" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
Recuerdo que en mi pueblo, en determinadas procesiones y entierros, Rafael "El Bocabierta" (apodo con el que cariñosamente se le conocía) llevaba siempre "la manga", útil eclesiástico ya en desuso. Vino a mi memoria su imagen hace pocos días, escuchando a un nieto de Aníbal Gonzalez disertando sobre las bondades arquitectónicas y personales de su abuelo. Contó que el marqués de Villamarta, cofradiero él, compró una casa de esquina frente a la catedral de Sevilla con el exclusivo fin de poder contemplar desde su terraza el paso de las procesiones de Semana Santa; le encargó el proyecto de acondicionamiento a Aníbal Gonzalez, quien -al comprobar que si hacía la escalera de acceso a la terraza en el interior dejaba pequeño aquel espacio para tan noble cliente- decidió hacer una escalera de caracol en la esquina del exterior. Y esa es la conocida antaño en Sevilla como "La Manguilla".</div>
Francisco Javier Romerohttp://www.blogger.com/profile/13168780329040985028noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7008212943441564787.post-11810865621515655932012-11-24T11:47:00.000+01:002012-11-24T20:49:27.361+01:00¿ Se repite la historia con Cataluña ?<div style="text-align: justify;">
Estoy leyendo en estos días un delicioso libro del historiador británico J. H. Elliott, <i>Haciendo Historia</i>, donde relata sus aventuras a lo largo de su dilatada experiencia en el oficio. Cuenta cómo quedó atrapado por el cuadro de Velázquez del conde-duque de Olivares a caballo la primera vez que visitó, siendo estudiante, el Museo del Prado a principios de los 50 del pasado siglo. Le pareció la más perfecta representación que había visto de la arrogancia del poder. Aquello le atrajo como un imán hasta centrar sus esfuerzos de investigación en la figura de éste político, que gobernó durante más de veinte años, como valido o primer ministro, el imperio español en el siglo XVII, cuando en Francia lo hacía, de igual forma y por la misma época, Richelieu.</div>
<div style="text-align: justify;">
La política fuertemente centralizadora, especialmente en materia fiscal, llevada a cabo por el conde-duque desencadenó dos grandes rebeliones contra el rey Felipe IV, una en Portugal y otra en Cataluña. Mientras la primera dio lugar a la independencia de nuestros vecinos, la segunda, en cierta forma...aun sigue coleando. <i>Els Segadors</i>, himno de Cataluña, está inspirado precisamente en aquellos hechos. </div>
<br />
<br />Francisco Javier Romerohttp://www.blogger.com/profile/13168780329040985028noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7008212943441564787.post-74716095663026246982012-11-19T23:58:00.001+01:002012-11-19T23:58:27.166+01:00dieciseis noventa y cinco más el ivaEn lugar de veinte y medio. Nos creen estúpidos. A eso le llaman <i>marketing. </i>Lo aprendieron en una <i>escuela de negocio. </i>Y le hacen gastar a las empresas enormes cantidades de dinero en contratos con <i>consultoras </i>que "descubren" estas maravillosas técnicas de burdos engaños.Francisco Javier Romerohttp://www.blogger.com/profile/13168780329040985028noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7008212943441564787.post-2365381226380717942012-11-02T15:53:00.000+01:002012-11-03T09:50:37.846+01:00Agustín García Calvo<div style="text-align: justify;">
Me ha producido tristeza la noticia de <a href="http://www.huffingtonpost.es/2012/11/01/el-filosofo-y-dramaturgo-_n_2056589.html">la muerte de Agustín García Calvo</a>, a quien, desde que supe que había sido separado de su cátedra por solidarizarse con los estudiante allá por los años 60 del siglo pasado, le he guardado admiración y simpatía. Era un <a href="http://www.march.es/videos/?p0=1&l=1">hombre singular</a>, irrepetible.</div>
<div style="text-align: justify;">
Sus artículos en la prensa que leí o las conferencias que le pude escuchar, me gustaban mucho, a pesar de -y ésta era para mí una de sus características- no entender del todo lo que decía. Uno de sus últimos artículos lo dedicó al descubrimiento del <a href="http://elpais.com/elpais/2012/07/12/opinion/1342110521_710470.html">bosón de Higgs</a>. Me encantó. Provocó réplica de algún <a href="http://elpais.com/elpais/2012/07/18/opinion/1342629588_563475.html">"científico" </a>ofendido que, sinceramente, creo que no entendió lo que el eminente gramático dijo.</div>
<div style="text-align: justify;">
"Las cosas. Lo que se llama pretenciosamente <i>la realidad, </i>está constituida por el lenguaje. Que, al mismo tiempo, esté separado de todas las cosas, casi se impone dado lo primero. Porque aquello que <i>habla de </i>y<i> nombra </i>las cosas, está claro que no puede ser una cosa en el mismo sentido. De forma que de ahí su separación." Decía en una de sus lecciones de un curso sobre Gramática Común.</div>
<div style="text-align: justify;">
Su singular <a href="http://www.youtube.com/watch?v=VCjZGAKZIdA">himno</a> a la Comunidad de Madrid es admirable: sin mitos del origen y del futuro patrio, ajustado a lo que es y con una bella métrica. </div>
<div style="text-align: justify;">
Descanse en paz.</div>
Francisco Javier Romerohttp://www.blogger.com/profile/13168780329040985028noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7008212943441564787.post-22429536774736185612012-10-01T12:41:00.000+02:002012-10-01T12:41:20.276+02:00Maravillosos solos de oboe
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<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Gracias a internet he podido "asistir" al concierto de apertura del Festival de Lucerna de este año
2012, celebrado el pasado día 8 de agosto. Ha sido lo más parecido a haber estado
allí: milagros del mundo virtual que hoy podemos disfrutar. La primera parte
del concierto -dedicado en esta ocasión a dos reflexiones musicales, una de
Beethoven, la otra, de Mozart, sobre la muerte- fue la música incidental o de
escena que compuso Beethoven para la tragedia <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Egmont</i> de Goethe.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
El conde de Egmont, enfrentado a
Felipe II en defensa de la independencia de los Países Bajos, fue <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>derrotado por las tropas del duque de
Alba, capturado y ejecutado en 1568. En el drama de Goethe, escrito en 1791,
hay paralelamente una historia de amor, entre Egmont y su amada Clara.
Beethoven escribe su música de escena para este drama entre 1809 y 1810, justo
entre sus sinfonías 6ª y 7ª. Un bello canto a la rebelión frente al opresor, aun a costa de la vida.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Siempre es un placer escuchar a una buena orquesta dirigida por Claudio Abbado, como en este caso, la Orquesta del Festival de Lucerna. Aunque no soy entendido, me encanta la música. Disfruté escuchando el concierto. Y estoy de acuerdo con lo manifestado a propósito del mismo por el crítico musical de Le Monde: fueron destacables los diálogos de clarinete y flauta y los maravillosos solos de oboe. Estos últimos ejecutados por el valverdeño Lucas Macias Navarro. ¡Enhorabuena, Lucas!.</div>
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<!--EndFragment-->Francisco Javier Romerohttp://www.blogger.com/profile/13168780329040985028noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7008212943441564787.post-10341588935309650952012-09-05T12:39:00.000+02:002012-09-05T12:39:33.974+02:00Mahler<div style="text-align: justify;">
Gracias a mi compañero de niñez José Manuel he descubierto a Mahler. Había escuchado muchas veces el viscontiniano cuarto movimiento de la quinta sinfonía. Me gustaba, si, pero no de manera especial en la galería de grandes músicos; y, además, lo asociaba más a la película que a la propia música. Hace unos meses, como Pablo caído del caballo, me hizo fijar la atención en Mahler un artículo de mi amigo. Cuando un melómano padre de virtuoso escribe estas cosas de Mahler, me dije, debe ser por algo. Y busqué las sinfonías y empecé a escucharlas. Y en esas estoy, escuchando sinfonías de Mahler.</div>
<div style="text-align: justify;">
He disfrutado con su música en largos paseos por la playa. Y no me canso de volver, una y otra vez, a una de sus sinfonías, a uno de sus movimientos. Gracias, José Manuel, por haberme descubierto a un genio.</div>
Francisco Javier Romerohttp://www.blogger.com/profile/13168780329040985028noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-7008212943441564787.post-3160350415105783382012-04-30T23:51:00.000+02:002012-04-30T23:51:20.174+02:00Afortunadamente, hay discursos alternativos<div style="text-align: justify;">
Recortar, recortar y recortar. Es lo que oímos todos los días en los diferentes medios de comunicación. Lo que nos dicen machaconamente nuestros gobernantes. No hay más solución que empequeñecer el gasto público. No más maestros, no más médicos, no más investigadores. Parece una especie de castigo de los dioses. Es el único camino para llegar... no se sabe adonde.<br />
Afortunadamente, hay discursos alternativos. Pero requieren ser pronunciados, comunicados y ser escuchados por la mayor cantidad de gente posible, para poder cambiar el estado de opinión hoy dominante y que puedan convertirse en políticas diferentes, capaces de sacar a este país del desánimo y del estado de desorientación generalizada en que nos encontramos.<br />
El pasado día 26 de abril tuvo lugar el acto de presentación de la asociación <a href="http://www.economistasfrentealacrisis.com/">economistas frente a la crisis</a>, cuyo objetivo es difundir un discurso, distinto al predominante hoy, que nos ayude a salir de la crisis en vez de sumirnos más en ella. Bienvenida sea esta asociación de economistas que quieren aplicar sus conocimientos para conseguir un mundo mejor, para ayudar al bien común en vez de emplearlos en la defensa de intereses particulares de una minoría de poderosos.<br />
Como dijo Jorge Fabra, uno de sus promotores, en su presentación, se hace necesario denunciar a los que usan la crisis como coartada para acabar con el modelo de sociedad que tanto esfuerzo colectivo ha costado, conocido como sociedad del bienestar, tan tardíamente implantado en España después de sufrir una larga y pesada dictadura. No pueden suprimirse de un plumazo derechos y libertades sindicales alegando una especie de necesidad irremediable para salir de la crisis. No podemos volver a la desgracia de vivir en las redes de un estado mínimo, incapaz de atender necesidades básicas en una sociedad moderna, democrática y equilibrada, relativas a la salud, la educación, las pensiones, la asistencia social, la investigación.<br />
Hay otros caminos para salir de la crisis sin destruir nuestro modelo de sociedad, economía social de mercado, inventada en Europa después de la segunda guerra mundial. No se olvide que el epicentro de la actual crisis se encuentra en una mala o nula regulación de los mercados, especialmente de los financieros, en la creencia -ahora comprobada como falsa y sin fundamento racional- de que ellos no necesitaban ser controlados. Y los mercados mal regulados o faltos de regulación, descontrolados, causan problemas muy graves, como los que estamos padeciendo.<br />
En nuestro país se han perdido ya el 15 por ciento de los empleos que había en el año 2007 y estamos sufriendo una tasa de paro -gravísimo el de los jóvenes- creciente y socialmente insoportable. Además, nos pregonan un panorama futuro mucho más sombrío, por los recortes que -nos dicen- piden "los mercados". Es el estado el que tiene que embridar a los mercados, no al revés. Son los mercados los que nos han llevado a esta situación, no al revés. </div>Francisco Javier Romerohttp://www.blogger.com/profile/13168780329040985028noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7008212943441564787.post-54183421548712334622012-04-24T09:39:00.003+02:002012-04-24T10:56:57.269+02:00Deudas y déficits de los gobiernos europeos<div style="text-align: justify;">Eurostat, oficina estadística de la Comisión Europea, publicó ayer los <a href="http://epp.eurostat.ec.europa.eu/cache/ITY_PUBLIC/2-23042012-AP/EN/2-23042012-AP-EN.PDF">datos oficiales</a> correspondientes al año 2011 tanto de las deudas como de los déficits públicos de los gobiernos de la zona euro y de la Unión Europea. En esta comunidad de vecinos en la que vivimos no cuadran las cuentas: en el área del euro los gobiernos se han gastado 4,1 más de los 45,2 que recaudan; en la unión europea 4,5 de los 44,6; para conseguirlo han debido pedir prestado lo que no ingresaban, con lo que la deuda ascendía a finales del 2011 al 87,2 por ciento de su producción durante el año y para la zona euro al 82,5. El problema es que llevamos ya varios años gastándonos más dinero del que recaudamos, producimos menos, seguimos pidiendo nuevos préstamos y no acabamos de saber cómo cuadrar las cuentas.</div><div style="text-align: justify;">En España, nuestros gobiernos recaudaron el 35,1 por ciento de lo producido a lo largo del 2011 y gastaron el 43,6 por ciento; tuvieron que pedir prestados el 8,5 por ciento y situaron la deuda pública a final de año en el 68,5 por ciento. El problema es el mismo que el de la comunidad a la que pertenecemos: nuestros gastos comunitarios están por encima de las cuotas que ingresamos desde hace más de cuatro años. ¿Quién puede mantener un ritmo de gastos un 25 por ciento superior a sus ingresos, pidiendo prestado, durante mucho tiempo? ¿Quién le prestaría?.</div><div style="text-align: justify;">Y en esas estamos. Buscando soluciones unos, localizando culpables otros, que si el administrador de la comunidad es manirroto e irresponsable y hay que cambiarlo para que gaste menos... </div><div style="text-align: justify;">Yo me apunto a los que piensan que hay algunos gastos de la comunidad necesarios que deben mantenerse, que si se reducen deterioran para siempre el espacio donde quiero vivir, que hay que ayudar a los vecinos que están en apuros transitorios para que se puedan recuperar. Que hay algunos otros gastos que no tienen justificación y deben suprimirse; los vecinos que quieran fiestas y barbacoas que las paguen ellos, no la comunidad. Fijados por mayoría los gastos necesarios, hay que acomodar las cuotas a los gastos, no me gusta pagarlos pidiendo prestado. </div><div style="text-align: justify;">Por cierto, he notado que las cuotas que pagan nuestros vecinos de barrio son superiores a las nuestras: los franceses el 50,7; los alemanes el 44,7; los suecos el 51,4... igual es que tenemos algunos gorrones que no pagan (fraude) o nos estamos dejando llevar por los que alquilan la casa y les importa un bledo el deterioro de nuestra comunidad porque no viven en ella y lo que piden y piden y vuelven a pedir es el recorte de los gastos. Igual no estaría nada mal un aumento justo de las cuotas y de la recaudación. </div><div style="text-align: justify;"> </div>Francisco Javier Romerohttp://www.blogger.com/profile/13168780329040985028noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7008212943441564787.post-26475571180910286382012-02-02T13:31:00.002+01:002012-02-02T14:15:56.174+01:00La mejor salsa es el hambre<div style="text-align: justify;">El otro día me quedé enganchado a un programa de televisión que me encontré por casualidad, cambiando de canales con el mando a distancia a ver qué había. Estaba dedicado a Manuel Molina, el de <i>Lole y Manuel</i>, a quien tuve la fortuna de conocer, como magnífico guitarrista, hace ya muchos años. Me cayó bien entonces, ocurrente y simpático en la conversación. Le arrancaba a la guitarra un sonido muy especial, apreciado -nos decía- incluso por Paco de Lucía.</div><div style="text-align: justify;"> Pues bien, en el programa decía cosas interesantes sobre el flamenco, contaba episodios de su infancia y juventud y sentenciaba sobre la vida y sobre el arte. Y en un momento determinado, refiriéndose al papel del dinero en la vida de un artista, decía que el dinero era necesario para vivir pero que no había que vivir para el dinero, que había que "dormir a gusto con la almohada", sin engañarse a uno mismo. Contó que su padre siempre le decía, al hablar de las fatigas de la vida, que la mejor salsa para las comidas era el hambre, porque con esa salsa -afirmaba- cualquier comida resultaba exquisita.</div><div style="text-align: justify;">Y, mira por dónde, leyendo hoy <i>Lazarillo de Tormes </i>en una magnífica edición de la Real Academia Española con estudio y notas de Francisco Rico, en la parte dedicada a las aventuras de <i>Lázaro </i>con el escudero, en una nota a pié de página aclaratoria referida a semejante "salsa", se dice que "la mejor salsa es el hambre" se lee ya en Cicerón: "Socratem audio decentem cibi condimentum esse famen" (<i>De finibus</i>, II, XXVIII,90).</div><div style="text-align: justify;">¡ Y yo creyéndome, hasta hoy, que frase tan estupenda venía de <i>lo hondo</i>, de las esencias del flamenco! </div>Francisco Javier Romerohttp://www.blogger.com/profile/13168780329040985028noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7008212943441564787.post-50483364186105140822011-12-30T11:30:00.000+01:002011-12-30T11:30:03.323+01:00El discurso de un gran estadista<div style="text-align: justify;">La intervención de Helmut Schmidt en el reciente congreso del Partido Socialdemócrata Alemán, "Alemania en, con y para Europa", me ha impresionado por su especial clarividencia. Ha sido una llamada a la reflexión no sólo para sus compatriotas o sus más próximos ideológicamente, sino para cualquier europeo preocupado por la actual situación y el futuro que nos espera. Este hombre de noventa y dos años, con una gran experiencia política y vital, nos aclara conceptos y nos dice cosas dignas de ser meditadas, más allá de la ideología y de "reflexiones" vacías.</div><div style="text-align: justify;">Sus consideraciones que, como dice de sí mismo por su edad, se encuentra "más allá del bien y del mal", se centran en poner al día las razones históricas que motivaron a los impulsores de la integración europea. </div><div style="text-align: justify;">Se puede interpretar la historia europea, desde el punto de vista centroeuropeo, como una serie interminable de luchas entre la periferia y el centro y viceversa, según fueran o se sintieran fuertes unos u otros; desde la Guerra de los Treinta Años entre 1618 y 1648 con Alemania como escenario principal, pasando por las iniciadas por los franceses de Luís XIV o más tarde de Napoleón, y las numerosas confrontaciones que se produjeron, hasta llegar al periodo que llama "Segunda Guerra de los Treinta Años" desde 1914 hasta 1945. Los países vecinos de Alemania y los judíos del mundo se acuerdan del Holocausto y de las atrocidades que se cometieron durante la ocupación alemana, es probable, por ello, que exista y siga existiendo durante muchas generaciones un recelo latente contra los alemanes. Y fue ese recelo lo que motivó en 1945 el inicio de la integración europea.</div><div style="text-align: justify;">La razón de fondo de Francia para apoyar el nacimiento del euro, nos dice, fue su inquietud ante un marco alemán fuerte. Hoy nos encontramos con una moneda, el euro, que es la segunda más importante de la economía mundial, con mayor estabilidad que el dólar y de la que tuvo el marco alemán en sus últimos diez años. </div><div style="text-align: justify;">Desde Maastricht, sin embargo, han ocurrido muchos y profundos cambios: liberación de las naciones del Este, implosión de la URSS, auges de China, Brasil, India y países "emergentes", globalización y poder -de momento- incontrolado de los actores de los mercados financieros. La humanidad ha acelerado su crecimiento hasta alcanzar hoy los 7.000 millones de habitantes, mientras que la población conjunta de todas las naciones europeas apenas llegará al 7 por ciento, cuando han representado durante dos siglos más del 20 por ciento de la población mundial.</div><div style="text-align: justify;">Desde hace 50 años, los europeos somos cada vez menos y aportamos cada vez menos al producto mundial. A partir de 2050, cada país europeo por separado, será una diminuta fracción del 1 por ciento de la población mundial: como estados aislados tendremos que expresar nuestros respectivos pesos poblacionales en tantos por mil. Es decir, sólo podremos jugar un papel importante en el mundo conjuntamente, no aislados. Por lo tanto, la Unión Europea no es tanto una aspiración ideológica, sino una necesidad. Si no se consigue, nuestra marginación en la escena mundial está asegurada.</div><div style="text-align: justify;">Hace a continuación una serie de consideraciones sobre la importancia de la implicación de Alemania en la consecución de la integración europea, hoy en peligro. Si los alemanes se dejasen llevar, por su actual fortaleza económica, para reclamar un papel de liderazgo político europeo, la inquietud de la periferia ante un centro demasiado fuerte resurgiría rápidamente y probablemente destruiría la Unión Europea. Alemania necesita -"también para protegernos de nosotros mismos" nos dice Schmidt- la inclusión en la integración europea.</div><div style="text-align: justify;">"Nuestra posición geopolítica central, nuestro desafortunado papel en la historia europea hasta mediados del siglo XX, así como nuestra productividad actual, requiere de cada gobierno alemán un elevado nivel de solidaridad para con nuestros socios de la UE. Y nuestra ayuda resulta imprescindible."</div><div style="text-align: justify;">Recuerda la deuda de gratitud de Alemania con otras naciones occidentales. El interés estratégico de Alemania a largo plazo está en no aislarse y en no dejarse aislar. Y ello está muy por encima de ser o no pagador neto en el proyecto de integración. La solidaridad con otras naciones de la UE es esencial para Alemania, está recogida en su propia Constitución.</div><div style="text-align: justify;">Hay que reactivar a los órganos de la UE, especialmente el Parlamento Europeo. Por primera vez -cita al filósofo Habermas- en la historia de la UE vivimos un retroceso de la democracia. Los estados europeos, especialmente los participantes en la moneda común, deberían desarrollar conjuntamente regulaciones de sus mercados financieros y así podremos volver a medio plazo a una zona de estabilidad.</div><div style="text-align: justify;">No debemos propagar por Europa una zona de deflación extrema. Ningún estado puede sanear su economía sin crecimiento, sin nuevos puestos de trabajo. "Quien así lo crea, que Europa puede sanearse con recortes presupuestarios, debería estudiar las fatales consecuencias de la política de deflación de Heinrich Brüning en 1930-32. Desencadenó una depresión y una cifra de paro insoportable y además provocó el hundimiento de la primera democracia alemana".</div><div style="text-align: justify;">Termina el ex-canciller con una exhortación a los socialdemócratas alemanes de trabajo y lucha para que esta Unión Europea, única en la historia, supere su debilidad actual.</div><div style="text-align: justify;">(traducción del <a href="http://www.socialistes.cat/noticia/discurs-de-helmut-schmidt-al-congres-de-la-spd">discurso completo</a>).</div>Francisco Javier Romerohttp://www.blogger.com/profile/13168780329040985028noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7008212943441564787.post-64459416229925930532011-12-23T00:00:00.004+01:002011-12-23T00:00:06.851+01:00y te has ido elevando hasta tu nombre<!--[if gte mso 9]><xml> <o:officedocumentsettings> <o:allowpng/> </o:OfficeDocumentSettings> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:trackmoves>false</w:TrackMoves> <w:trackformatting/> <w:hyphenationzone>21</w:HyphenationZone> <w:punctuationkerning/> <w:drawinggridhorizontalspacing>18 pt</w:DrawingGridHorizontalSpacing> <w:drawinggridverticalspacing>18 pt</w:DrawingGridVerticalSpacing> <w:displayhorizontaldrawinggridevery>0</w:DisplayHorizontalDrawingGridEvery> <w:displayverticaldrawinggridevery>0</w:DisplayVerticalDrawingGridEvery> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:dontgrowautofit/> <w:dontautofitconstrainedtables/> <w:dontvertalignintxbx/> </w:Compatibility> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="276"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--> <!--[if gte mso 10]> <style> /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Tabla normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0cm 5.4pt 0cm 5.4pt; mso-para-margin:0cm; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:12.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-ascii-font-family:Cambria; mso-ascii-theme-font:minor-latin; mso-hansi-font-family:Cambria; mso-hansi-theme-font:minor-latin; mso-fareast-language:EN-US;} </style> <![endif]--> <!--StartFragment--> <p class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span style="mso-spacerun: yes;color:#006600;">CIELO</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span style="mso-spacerun: yes;color:#006600;">Te tenía olvidado,</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span style="mso-spacerun: yes;color:#006600;">cielo, y no eras</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span style="mso-spacerun: yes;color:#006600;">más que un vago existir de luz,</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span style="mso-spacerun: yes;color:#006600;">visto -sin nombre-</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span style="mso-spacerun: yes;color:#006600;">por mis cansados ojos indolentes.</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span style="mso-spacerun: yes;color:#006600;">Y aparecías, entre las palabras</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span style="mso-spacerun: yes;color:#006600;">perezosas y desesperanzadas del viajero,</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span style="mso-spacerun: yes;color:#006600;">como en breves lagunas repetidas</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span style="mso-spacerun: yes;color:#006600;">de un paisaje de agua visto en sueños...</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span style="mso-spacerun: yes;color:#006600;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span style="mso-spacerun: yes;color:#006600;">Hoy te he mirado lentamente,</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span style="mso-spacerun: yes;color:#006600;">y te has ido elevando hasta tu nombre.</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="mso-spacerun: yes"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="mso-spacerun: yes">Me ha parecido oportuno, para recordar a Juan Ramón Jiménez en el día de hoy en que se cumplen 130 años de su nacimiento, transcribir las palabras finales de las lecciones que dictó el profesor Antonio Sánchez Barbudo sobre su obra poética, en la Fundación March, en enero de 1981, dirigidas, especialmente, a un ingenuo lector de Juan Ramón, como yo soy:</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="mso-spacerun: yes"> "</span>Un autor como Juan Ramón, de obra tan extensa y variada, y a menudo de no muy fácil lectura, está probablemente condenado a que la mayoría de sus lectores lean casi siempre en pequeñas dosis, de forma muy selectiva. Los poemas que más aprecia el común lector de una antología de su obra, o los que pudiera escoger como mejores y más representativos un lector estudioso después de haberse sumergido en la totalidad de su creación poética, es algo que dependerá o dependería, naturalmente, del propósito con que se hagan esas lecturas y, sobre todo, claro es, del gusto, preparación y sensibilidad de cada uno.</p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="mso-spacerun: yes"> </span>Sería, pues, pretencioso e inútil querer hacer indicaciones muy precisas que pudieran ayudar a todos los seleccionadores posibles. Pero se pueden hacer, creo yo, algunas indicaciones generales que podrían ser útiles tal vez a algún ingenuo lector. A ese que, no muy orientado, quisiera sin embargo formar un ramillete con algunas de las mejores páginas en verso y prosa de Juan Ramón Jiménez. Unas páginas que pusieran claramente de manifiesto la importancia y el valor del Andaluz Universal. A tal lector le sugeriría yo que no dejase de prestar atención a las siguientes secciones o partes de su obra:</p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><o:p> </o:p></p> <p class="MsoListParagraphCxSpFirst" style="margin-left:41.4pt;mso-add-space: auto;text-align:justify;text-indent:-18.0pt;mso-list:l0 level1 lfo1"><!--[if !supportLists]--><span style="font-family:Symbol;mso-fareast-font-family:Symbol;mso-bidi-font-family:Symbol;"><span style="mso-list:Ignore">·<span style="font:7.0pt "Times New Roman""> </span></span></span><!--[endif]--><u>Romances y canciones</u><span style="mso-spacerun: yes"> </span>En los libros de la primera época, desde <i style="mso-bidi-font-style:normal">Rimas</i> a <i style="mso-bidi-font-style: normal">Pastorales</i>, pero también y sobre todo en obras escritas mucho más tarde, como <i style="mso-bidi-font-style:normal">La estación total, Romances de Coral Gables</i> o <i style="mso-bidi-font-style:normal">Canciones de La Florida</i>, pueden encontrarse algunos bellísimos poemas de esta clase, de romances, canciones, cuyos antecedentes se encuentran, evidentemente, en una vieja tradición de poesía popular castellana, pero que son, a menudo, poesía muy original, profunda, intimista y refinada, llena de colorido y sentimiento.<u><o:p></o:p></u></p> <p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="margin-left:41.4pt;mso-add-space: auto;text-align:justify;text-indent:-18.0pt;mso-list:l0 level1 lfo1"><!--[if !supportLists]--><span style="font-family:Symbol;mso-fareast-font-family:Symbol;mso-bidi-font-family:Symbol;"><span style="mso-list:Ignore">·<span style="font:7.0pt "Times New Roman""> </span></span></span><!--[endif]--><u>La poesía desnuda</u><span style="mso-spacerun: yes"> </span>La llamada <i style="mso-bidi-font-style: normal">poesía desnuda</i> de Juan Ramón Jiménez es, <span style="mso-spacerun: yes"> </span>quizás, la mayor aportación de éste a la historia de la poesía española. Con ella, él abrió en España e Hispanoamérica el camino de una poesía sobria, exacta, cuyo valor reside en la condensación, en su temblor íntimo, más que en el ritmo interno o en la brillantéz de las imágenes. No siempre siguió él luego, sin desviarse, el camino que se había trazado al comenzar el <i style="mso-bidi-font-style:normal">Diario de un poeta recién casado</i>, aunque, de todos modos, a partir de 1916, si no antes, su poesía fue ya, por lo general, mucho más concentrada y honda de lo que había antes sido. Buenos ejemplos de poesía desnuda se encuentran sobre todo en el<i style="mso-bidi-font-style:normal"> Diario</i> y en las obras poéticas que siguieron a ese libro inmediatamente después, pero también, a menudo, en libros de poesías posteriores.<u><o:p></o:p></u></p> <p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="margin-left:41.4pt;mso-add-space: auto;text-align:justify;text-indent:-18.0pt;mso-list:l0 level1 lfo1"><!--[if !supportLists]--><span style="font-family:Symbol;mso-fareast-font-family:Symbol;mso-bidi-font-family:Symbol;"><span style="mso-list:Ignore">·<span style="font:7.0pt "Times New Roman""> </span></span></span><!--[endif]--><u>Salvación por la belleza</u> <span style="mso-spacerun: yes"> </span>Hay toda una larga serie de poemas, de <i style="mso-bidi-font-style:normal">La estación total, Animal de fondo</i> especialmente, pero también antes, cuyo tema básico, en diferentes fases y con varios grados de intensidad y valor, es siempre el mismo: la emocionada contemplación de la belleza natural y un ansia de eternidad e infinito que acompaña a esa contemplación. Algunos poemas que parecen mera descripción encierran en forma más o menos explícita su ardiente afán, en otros es ya obvia una apasionada expectación del instante eterno, de un momento de salvadora plenitud. Y en ocasiones llega, sobre todo en <i style="mso-bidi-font-style: normal">Animal de fondo</i>, a lo que parece haber sido en verdad un embriagador éxtasis. La calidad de los poemas de este tipo, el mayor o menor acierto logrado en la expresión poética, la capacidad que sostenga para modernos, varía desde luego mucho de unos a otros poemas, pero sería fácil hacer una corta selección de muy bellas y originales poesías de esta clase, poesía religiosa, de una especial religiosidad que se relaciona con el sentimiento de la belleza, lo cual no es cosa desconocida, ni mucho menos, en la poesía de otros países, en la India, en Alemania e Inglaterra especialmente, pero que es algo rarísimo, único tal vez, en la poesía española. Los mejores poemas de este tipo son, además, una definitiva prueba de que JRJ no fue, como a veces se ha creído o dicho, un poeta sólo preciosista y banal, sino un poeta muy hondo y original, sentidor y pensador.<u><o:p></o:p></u></p> <p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="margin-left:41.4pt;mso-add-space: auto;text-align:justify;text-indent:-18.0pt;mso-list:l0 level1 lfo1"><!--[if !supportLists]--><span style="font-family:Symbol;mso-fareast-font-family:Symbol;mso-bidi-font-family:Symbol;"><span style="mso-list:Ignore">·<span style="font:7.0pt "Times New Roman""> </span></span></span><!--[endif]--><u>Temas andaluces</u><span style="mso-spacerun: yes"> </span>Se podría también formar una bellísima colección de páginas en verso y prosa de temas andaluces, paisajes, recuerdos, impresiones, tipos, escenas, que presentan imágenes de una Andalucía muy real, vista y sentida por un gran poeta andaluz; una Andalucía profunda, exquisita y nada pintoresquista. Hay ya textos de este tipo reunidos en la colección <i style="mso-bidi-font-style: normal">Olvidos</i> de Granada y en otras colecciones, pero se podrían encontrar bastantes piezas más, poemas muy buenos, en sus poesías de distintas épocas y en las prosas de <i style="mso-bidi-font-style:normal">Platero y yo</i>, <i style="mso-bidi-font-style:normal">Por el cristal amarillo</i> y en otras que están sueltas o han quedado aún inéditas.<u><o:p></o:p></u></p> <p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="margin-left:41.4pt;mso-add-space: auto;text-align:justify;text-indent:-18.0pt;mso-list:l0 level1 lfo1"><!--[if !supportLists]--><span style="font-family:Symbol;mso-fareast-font-family:Symbol;mso-bidi-font-family:Symbol;"><span style="mso-list:Ignore">·<span style="font:7.0pt "Times New Roman""> </span></span></span><!--[endif]--><u>Poesías varias</u><span style="mso-spacerun: yes"> </span>En todos los libros de poesías de Juan Ramón, desde los primeros a los últimos e incluso en los de su época decadentista de 1906 a 1913, se encuentran a veces poemas especiales, raros, distintos, que por una razón u otra tienen a veces gran interés y valor, por la novedad del tema, por el estilo, por lo que revelan de Juan Ramón y de su mundo. Mas, precisamente por ser esos poemas de algún modo excepcionales, fuera de serie, y no encajar bien en los apartados que previamente se han establecido al querer clasificarlos, con frecuencia quedan excluidos de las antologías, olvidados. Se podría, pues, formar, escogiendo cada uno según su gusto, una interesante breve colección bajo el título de poemas varios o inclasificables.<u><o:p></o:p></u></p> <p class="MsoListParagraphCxSpLast" style="margin-left:41.4pt;mso-add-space:auto; text-align:justify;text-indent:-18.0pt;mso-list:l0 level1 lfo1"><!--[if !supportLists]--><span style="font-family:Symbol;mso-fareast-font-family:Symbol;mso-bidi-font-family:Symbol;"><span style="mso-list:Ignore">·<span style="font:7.0pt "Times New Roman""> </span></span></span><!--[endif]--><u>Prosas</u><span style="mso-spacerun: yes"> </span>En cuanto a las prosas, ya sabemos que son muy varias, a menudo penetrantes y de un muy original estilo. Hay recuerdos e impresiones de toda clase, evocación de extraños caracteres y de paisajes diversos y además de aforismos, críticas y ensayos, están los retratos de sus <i style="mso-bidi-font-style: normal">Españoles de tres mundos</i> y otros retratos. Se pueden encontrar muy buenas páginas de prosa en <i style="mso-bidi-font-style:normal">Platero y yo</i>, en el <i style="mso-bidi-font-style:normal">Diario</i> y sobre todo las que escribió en los años 20 y 30. <u><o:p></o:p></u></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left:41.4pt;text-align:justify"><o:p> </o:p></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left:23.4pt;text-align:justify"><span style="mso-spacerun: yes"> </span><span style="mso-spacerun: yes"> </span>Y por último, si hemos de valorar la importancia de Juan Ramón Jiménez, deberíamos recordar el ejemplo que fue su vida, a pesar de sus rarezas y defectos y de su neurastenia. Fue él ejemplo, sobre todo, de una dedicación total y apasionada a la creación poética. Un ejemplo de escritor cuidadoso, persistente, en busca siempre del mejoramiento de su propia obra. Tratando siempre de corregir sus errores, aspirando siempre a la perfección. Y esto es notable, muy digno de ser tenido en cuenta, sobre todo en un país donde lo más corriente ha sido siempre la improvisación, el abandono y el descuido, la falta de meditación y también de retoque y pulimento. Juan Ramón en esto, como en otras muchas cosas, fue en España una figura realmente excepcional." <span style="mso-spacerun: yes"> </span><span style="mso-spacerun: yes"> </span><span style="mso-spacerun: yes"> </span><u><o:p></o:p></u></p> <!--EndFragment-->Francisco Javier Romerohttp://www.blogger.com/profile/13168780329040985028noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7008212943441564787.post-36655694362113894912011-11-19T09:59:00.006+01:002011-12-12T17:13:41.447+01:00La solución no está en eliminar las finanzas, sino en regularlas bien<div style="text-align: justify;">Se contrapone la economía "financiera" a la economía "real", como si aquella fuese irreal o falsa o innecesaria. La "sangre" (se emplean muchas veces las imágenes biológicas y médicas en economía) del "cuerpo" económico resulta que no forma parte del mismo, es ajena y, sin embargo, le da vida al regar todos sus órganos. </div>Me ha gustado <a href="http://juan.urrutiaelejalde.org/castells-sobre-el-euro">esta entrada</a> de Juan Urrutia en su blog.Francisco Javier Romerohttp://www.blogger.com/profile/13168780329040985028noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7008212943441564787.post-52865839814083807872011-09-28T09:53:00.001+02:002011-09-29T00:14:20.954+02:00¡ A la pizarra !<div style="text-align: justify;">Los tiempos han cambiado, como suele decirse a partir de cierta edad, ¡y a qué velocidad!; todo fluye, nada permanece. Sin embargo, ocurre a menudo que objetos conocidos o situaciones ya vividas nos dan la vuelta y por vericuetos insospechados, se nos sitúan de nuevo ante nuestras narices mostrándonos, de forma diferente, la misma "realidad". Paradójicamente, nos encontramos ante "lo mismo", si bien en contextos radicalmente distintos.</div><div style="text-align: justify;">Pues bien, el otro día "navegando" por la red me encontré, de nuevo, con una vieja compañera de mi infancia y juventud: la pizarra. Siempre formó parte de mi mundo educativo: nos explicaban las lecciones en la pizarra; teníamos que demostrar nuestros conocimientos y habilidades en la pizarra; nos castigaban si figurábamos en la lista de la pizarra. Las nuevas tecnologías, internet, como decía, me ha colocado de nuevo ante <a href="http://www.youtube.com/user/KhanAcademyEspanol#p/p">la pizarra</a>.</div><div style="text-align: justify;">A un joven profesor americano se le ha ocurrido la brillante idea de usar algunas de las enormes posibilidades de las tecnologías de la información y de las comunicaciones (tic) para aplicarlas a la educación como si de una pizarra se tratara. Pero una pizarra con poderes casi mágicos: al alcance de cualquier humano que se encuentre en cualquier parte para aprender lo que enseñe un profesor que esté en cualquier sitio. Y para ello creó la Fundación <a href="http://www.khanacademy.org/">Khan Academy</a> , institución de prestigio creciente, en la que puedes encontrar lecciones de, cada día, más materias: física, química, matemáticas, historia, economía, etc. Todo, hasta ahora, en inglés. Sólo hacen falta iniciativas que hagan posible que este invento funcione en castellano (algunas hay, pero por desgracia muy limitadas todavía). </div><div style="text-align: justify;">Una gran innovación, un gran invento.</div>Francisco Javier Romerohttp://www.blogger.com/profile/13168780329040985028noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7008212943441564787.post-28142431817627140252011-09-25T12:55:00.001+02:002011-09-25T13:00:00.404+02:00Visita a la casa de Juan Ramón Jimenez<!--[if gte mso 9]><xml> <o:officedocumentsettings> <o:allowpng/> </o:OfficeDocumentSettings> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:trackmoves>false</w:TrackMoves> <w:trackformatting/> <w:hyphenationzone>21</w:HyphenationZone> <w:punctuationkerning/> <w:drawinggridhorizontalspacing>18 pt</w:DrawingGridHorizontalSpacing> <w:drawinggridverticalspacing>18 pt</w:DrawingGridVerticalSpacing> <w:displayhorizontaldrawinggridevery>0</w:DisplayHorizontalDrawingGridEvery> <w:displayverticaldrawinggridevery>0</w:DisplayVerticalDrawingGridEvery> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:dontgrowautofit/> <w:dontautofitconstrainedtables/> <w:dontvertalignintxbx/> </w:Compatibility> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="276"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--> <!--[if gte mso 10]> <style> /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Tabla normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0cm 5.4pt 0cm 5.4pt; mso-para-margin:0cm; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:12.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-ascii-font-family:Cambria; mso-ascii-theme-font:minor-latin; mso-fareast-font-family:"Times New Roman"; mso-fareast-theme-font:minor-fareast; mso-hansi-font-family:Cambria; mso-hansi-theme-font:minor-latin;} </style> <![endif]--> <!--StartFragment--> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify">Hacía tiempo que deseaba ir. Y una mañana de agosto, sin pensármelo dos veces, me encaminé hacia allí. Llovía, aunque era verano. Andando ya, bajo el paraguas, por la acera, debí esquivar los chorros de agua que a cada pocos metros derramaban las canales de las casas en la calle principal del pueblo. Al llegar a la casa del poeta tuve que esperar hasta las diez y cuarto, pues las visitas eran cada cierto tiempo, con horario prefijado; pude guarecerme de la lluvia durante la espera, por amabilidad de las muchachas que atendían a los visitantes, dentro de la casa, en la sala de la izquierda habilitada como biblioteca.</p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify">Disfruté de emoción imaginando un espacio –cuajado para mí de sensaciones- con sus paredes de estanterías (acristaladas?) repletas unas de libros, otras de revistas. Libros y revistas que sus dueños, imagino que con gran dolor, debieron abandonar precipitadamente -en otra casa de otro lugar, hacía ya casi un siglo- para vivir hasta la muerte en el otro costado.</p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify">En aquella casa –pensaba- creció el niñodiós, y pintó sus primeros cuadros, escribió sus primeras poesías entre aquellas paredes, en aquellos patios, en ese pueblo. Y respiró aquella atmósfera de marismas y pinos. Imaginé cómo debió ser aquella casa y aquel pueblo, aquel ambiente primero del poeta. Imaginé a Juan Ramón recordando su otra casa, aquella donde nació, junto a la ría:</p> <p class="MsoNormal" align="center" style="text-align:center">“¡Granados en cielo azul!</p> <p class="MsoNormal" align="center" style="text-align:center">¡Calle de los marineros;</p> <p class="MsoNormal" align="center" style="text-align:center">qué verdes están tus árboles,</p> <p class="MsoNormal" align="center" style="text-align:center">qué alegre tienes el cielo!” </p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span style="mso-spacerun: yes"> </span>A la hora fijada, guiado y en grupo (aunque sólo éramos tres) visitamos la casa. Un salto en la imaginación era necesario, para situar aquel contenido en otro continente, en un piso del Madrid de los años veinte del siglo pasado. Nos detuvimos en cada habitación para ver, tocar, muebles, objetos diversos, vestidos… que debieron estar llenos de vida en aquella vivienda del poeta recién casado.</p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify">Como pasa a menudo, colocamos a los clásicos tan por las nubes, tan lejos de nosotros, que no alcanzamos a conocerlos de verdad y a disfrutar de ellos. Y esta visita me sirvió para recuperar a Juan Ramón, acercarme a él de nuevo y conocer más de sus obras. Y volví con ansias de bajar del pedestal al genio y volver a leerlo, a disfrutarlo de nuevo. Y me recreé de nuevo con <i style="mso-bidi-font-style:normal">Platero</i> y volví a ensimismarme con <i style="mso-bidi-font-style:normal">Espacio</i> y… llegué a sentir en algunos instantes el inmenso placer de compartir algunas de las sensaciones y vivencias que sólo sabe transmitir, en su madurez, un gran poeta. <span style="mso-spacerun: yes"> </span></p> <!--EndFragment-->Francisco Javier Romerohttp://www.blogger.com/profile/13168780329040985028noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7008212943441564787.post-21924271504813033352011-08-07T15:41:00.001+02:002011-08-08T15:44:27.337+02:00KeynesCita interesante<div style="text-align: justify;">"Muchos de los mayores males económicos de nuestro tiempo son la consecuencia del riesgo, la incertidumbre y la ignorancia. Ello es así porque los individuos particulares, afortunados en situación o capacidad, pueden aprovecharse de la incertidumbre y de la ignorancia, y también porque por la misma razón los grandes negocios son a menudo una lotería, existen grandes desigualdades de riqueza; y estos mismos factores son también la causa del desempleo del trabajo, o de la frustración de expectativas razonables de negocio, y del deterioro de la eficiencia y de la producción. Sin embargo, el remedio no está al alcance de la acción de los individuos; incluso puede que convenga a sus intereses agravar la enfermedad. Creo que el remedio para estas cosas ha de buscarse en parte en el control deliberado del dinero y del crédito por medio de una institución central, y en parte en la recogida y publicación en gran escala de datos relativos a la situación económica, incluyendo la publicidad completa, si es necesario por ley, de todos los hechos económicos que sea útil conocer. Estas medidas involucrarían a la sociedad en el ejercicio de la inteligencia directiva a través de algún órgano de acción apropiado sobre muchos de los enredos internos de los negocios privados, aunque dejarían en libertad la iniciativa y la empresa privadas. Aun suponiendo que estas medidas se mostraran insuficientes, proporcionarían un mejor conocimiento del que tenemos ahora para dar el siguiente paso."</div>Francisco Javier Romerohttp://www.blogger.com/profile/13168780329040985028noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7008212943441564787.post-12472892716318415392011-07-05T11:21:00.002+02:002011-07-05T12:33:45.188+02:00La rivera<!--StartFragment--> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span lang="ES">Don José era el alma de <i style="mso-bidi-font-style:normal">La Academia</i> de mi pueblo, humilde colegio privado donde estudiamos el bachillerato los –pocos- niños y –aun menos- niñas que pudimos hacerlo, gracias al esfuerzo y dedicación de un reducido y excelso grupo de profesores del que formaba parte; a cambio de una reducida cuota mensual y de nuestra eterna gratitud, nos daban clase y nos <i style="mso-bidi-font-style:normal">aguantaban</i> durante todos los días lectivos del curso escolar. Cada mes de junio debíamos ir, normalmente en coche alquilado, a Huelva para que nos examinaran, como <i style="mso-bidi-font-style: normal">libres, </i>en su entonces único Instituto (todavía, cincuenta años después, siento cosquilleo en el estómago al pasar por su puerta).</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span lang="ES"> <!--StartFragment--> </span></p><p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span lang="ES">Era don José (le tomo prestada la frase a mi admirado Pedro Salinas cuando se refiere en uno de sus ensayos a paisanos que podían encontrarse en los campos andaluces o castellanos de su tiempo) “<i style="mso-bidi-font-style: normal">persona cabal en su humanidad, digna en su conducta y tan atinada en su juicio como muchos hombres rebosados de instrucción”</i>. Sin apenas estudios reglados, aprendió francés e inglés, según supimos por confidencias, en la cárcel, de la mano de compañeros de infortunio. Fue injustamente condenado después de la guerra civil y estuvo preso durante un largo periodo de tiempo. Luego, casi toda una vida de abnegación, trabajo honrado y silencio. Ya casi en plena democracia, supimos –y no por él- que había sido concejal republicano hasta el mismo día en que el golpe de estado de 1936 trajo la desgracia y el desastre. Le gustaba la naturaleza. Cultivaba su huerta, de la que volvía diariamente de hacer sus correspondientes faenas antes de las nueve de la mañana, hora en la que abría, con absoluta puntualidad, las puertas de <i style="mso-bidi-font-style:normal">La Academia</i>.</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span lang="ES">Al espacio central de la nave en que se ubicó durante un tiempo el colegio le llamaba don José, con su especialísima ocurrencia para dar nombres, <i>la rivera: </i>ancho pasillo del salón, anteriormente dedicado a una modesta fábrica de zapatos. Y a <i>la rivera </i>nos mandaba castigados de rodillas (métodos "educativos" de la época) cada vez que infringíamos lo establecido; en muchas ocasiones debíamos cargar con un <i>silenciador</i>, de tamaño acorde con la falta, para ser traducido durante el cumplimiento de la pena. Los <i>silenciadores </i>-así llamados para mantenernos callados haciendo la tarea- eran recortes de periódicos, para la mayoría de nosotros franceses, que debíamos traducir al castellano.</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span lang="ES"> <!--StartFragment--> </span></p><p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span lang="ES">-Fulanito, ¡a <i style="mso-bidi-font-style:normal">la rivera</i>!. ¡Verás cómo se te quitan las ganas de hablar!<i style="mso-bidi-font-style:normal"><o:p></o:p></i></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span lang="ES">Era la potente voz de don José mandando a quien hubiese hablado en tiempo de silencio o hubiese hecho alguna travesura o no hubiese traído los deberes hechos, al pasillo del salón con su correspondiente <i>silenciador.</i></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span lang="ES"><i></i>Y a <i>la rivera </i>se iba uno, con más gloria que pena, a cumplir el castigo.</span></p><p></p><p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span lang="ES"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><br /></p><p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span class="Apple-style-span" style="font-family:Calibri;font-size:130%;"><span class="Apple-style-span" style=" line-height: 17px; font-size:15px;"><br /></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span lang="ES"><br /></span></p> <!--EndFragment--> <p></p><p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span lang="ES"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span lang="ES"><br /></span></p> <!--EndFragment-->Francisco Javier Romerohttp://www.blogger.com/profile/13168780329040985028noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7008212943441564787.post-48905250054860615332011-05-19T22:56:00.005+02:002011-05-20T10:23:26.208+02:00En la Puerta del Sol<div style="text-align: justify;">Mi amigo Pedro me recomendó el otro día un nuevo museo en Madrid, que no conocía y le había gustado. Exponían, me dijo, unos interesantes dibujos de Kurosawa. Hoy me encontraba allí, con tiempo suficiente, y fui a verlos. <a href="http://www.museoabc.es/">El Museo ABC</a>, rehabilitación de un edificio que fue una antigüa fábrica -al parecer, la primera- de cervezas Mahou, en la calle Amaniel. Me pareció muy acogedor y bien diseñado el edificio. Y los dibujos del gran director de cine japonés me gustaron mucho.</div><div style="text-align: justify;">Como estaba cerca del Instituto, donde hace ¡la friolera! de cuarenta y cinco años cursé el preuniversitario, la nostalgia me empujó hacia el Cardenal Cisneros, que no ha cambiado de nombre ni de sitio, y al que no había vuelto a pisar desde este mismo mes en el que estamos, pero de aquel tiempo. Mi espíritu voló a aquel espacio entrañable de mi vida mientras subía las escaleras y torcía, sin dudarlo un instante, hacia la izquierda y luego a la derecha en el primer rellano, para deambular por el pasillo y asomarme a mis clases.</div><div style="text-align: justify;">Luego, paseando por la Gran Vía y continuando por la calle Preciados, me acerqué a la Puerta del Sol, para ver qué pasaba. Posiblemente influido por encontrarme flotando en una nube de nostalgia que me transportaba a mi juventud, encontré muchas similitudes entre los muchachos, que pululaban por los tenderetes que allí habían plantado, y los ambientes que en los años sesenta yo había vivido. Las pancartas, los eslóganes, la vestimenta, las discusiones en corrillos sobre asuntos que hoy preocupan a mucha gente, la forma de escribir y dibujar los cartelones. Todo era distinto..., y, sin embargo, igual que entonces. Sonaba a auténtico. Disparatado, irreal, en cierta forma desquiciado, pero con un fondo de pureza y de verdad. Los jóvenes que allí había están expresando su descontento, su desacuerdo con la forma en que ocurren las cosas que a ellos más les afectan. Porque posiblemente, como nos dijo Tony Judt en su último libro, algo va mal. </div>Francisco Javier Romerohttp://www.blogger.com/profile/13168780329040985028noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7008212943441564787.post-28142939522983578512011-05-13T22:26:00.002+02:002011-05-13T23:02:13.913+02:00La huerfanita y el sapo<!--StartFragment--> <p class="MsoNormal" align="center" style="text-align:center"><o:p> </o:p></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify">“Érase una vez una huerfanita que hilaba sentada sobre el muro de la ciudad y, de pronto, vio salir un sapo de una hendidura. Rápidamente, extendió junto a ella su pañuelo de seda azul, que los sapos amaban con pasión y sólo a ellos se dirigen. En cuanto el sapo vio el pañuelo dio media vuelta, volvió con una pequeña corona de oro, la colocó sobre el pañuelo y se fue de nuevo. La niña tomó la corona, centelleaba, y la formaban los más delicados hilos de oro. Al poco rato, el sapo volvió y al no ver la corona se deslizó por el muro y golpeó contra él la cabecita lleno de dolor, hasta que sus fuerzas se agotaron y cayó muerto. Si la niña no hubiese tocado la corona, el sapo habría sacado más tesoros de la hendidura.”</p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><o:p> </o:p></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify">La primera frase del cuento contiene toda la historia. Érase una vez una huerfanita que hilaba. La niña que protagoniza el cuento no es una niña cualquiera, es una huerfanita. Y está hilando sobre el muro de la ciudad. En su condición de huerfanita suscita nuestra compasión: está sola en el mundo, no tiene a quien la proteja. ¿Dónde vivirá?. Quizá en una casa donde se dé acogida a las huerfanitas. Quizá en casa de unos parientes o de una familia que le ha encontrado un hueco a cambio de que ella haga algunas labores, entre las que podría hallarse, porqué no, la de hilar. Pero es que además, la huerfanita, que está sola en el mundo por el mero hecho de ser huerfanita, está ahora, al inicio del cuento, aún más sola, sentada sobre el muro de la ciudad. ¿Qué es lo que hace allí, tan separada de todos?. ¿No tiene amigas?. ¿Le han prohibido jugar?.</p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify">Los hermanos Grimm, en una sola línea han situado ante nuestros ojos al personaje y ya sentimos curiosidad, incluso afecto. No somos indiferentes a la escena, incluso vemos los colores: el muro de la ciudad es de color tierra, el cielo sobre el que se recorta la silueta de la huerfanita es azul, naturalmente, aunque quizá vaguen por él grandes nubes blancas. La huerfanita del cuento está hilando sentada sobre el muro, lleva dentro de sí una historia de soledad, un drama. Así son los personajes de los cuentos. Simbolizan algo, se acercan a nosotros con un mensaje. No están ahí porque sí, sin más ni más. No pertenecen exactamente a la vida que llamamos real, pero transmiten vida. De manera que esta huerfanita de los hermanos Grimm, con ser huerfanita y, sin duda, desgraciada, como todas las huerfanitas de los cuentos, desvalida, menospreciada, es –imaginamos- una niña muy guapa y segura de sí misma. Y es precisamente por eso, porque como veremos se comporta con mucha seguridad, por lo que deducimos que es una niña muy guapa, porque en los cuentos los hermosos y los bellos son personajes seguros de sí mismos y los feos son inseguros.</p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify">Y estando ahí, sentada sobre el muro de la ciudad hila que te hila, ya que a fin de cuentas la huerfanita tiene que trabajar, no se ha subido al muro sólo para contemplar el campo que se extiende fuera de los límites de la ciudad, sino que se ha llevado consigo su tarea, ve, de pronto, un sapo. Irrumpe, pues, el sapo en el cuento de los hermanos Grimm y acapara toda nuestra atención. Sale de una hendidura del muro y repentinamente vemos esa hendidura. Y nos ponemos a imaginar cómo será la vida del sapo. Un sapo, según sabemos o imaginamos, es un animal de piel resbaladiza de color pardo y no de muy agradable apariencia, es, en fin, un animal feo. Habitante de un mundo medio subterráneo, oscuro, húmedo. No suscita miedo, pero sí provoca repulsión. Claro que estamos en un cuento y aquí rigen otras normas. Los sapos siguen siendo sapos, pero tienen cualidades, además, propias de los sapos de los cuentos.</p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify">En cuanto la huerfanita ve al sapo extiende junta a ella su pañuelo de seda azul. Los sapos aman con pasión los pañuelos de seda azul. Sólo a ellos se dirigen, nos dice el cuento. Ésta es una información muy valiosa. Sorprendente y valiosa. Una sombra de sospecha se cierne sobre las intenciones de la niña cuando la vemos extender su pañuelo sobre el muro. A lo mejor no es un gesto muy inocente. No es sólo que espere algo del sapo, sino que quiere algo de él. ¿Es el pañuelo azul una trampa?. Nuestra atención, que se había vuelto a centrar en la niña, ahora se dirige al sapo. En cuanto el sapo ve el pañuelo se da media vuelta, regresa a su hendidura y sale de ella con una pequeña corona de oro, la coloca sobre el pañuelo y se va. Este es, sin duda, el centro del relato: un acto algo misterioso, enigmático, que sólo puede entenderse enteramente desde la mentalidad de los sapos. Hay que hacer un esfuerzo y penetrar en la mente del sapo.</p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify">No parece que el sapo se haya percatado de la presencia de la niña. No es extraño. Los sapos no aman con pasión a las huerfanitas que hilan sentadas sobre el muro de la ciudad, aman los pañuelos de seda azul. Y los aman por algo y para algo, no es un amor gratuito, es un amor con finalidad. El pañuelo de seda azul es para los sapos un camino que lleva a alguna parte. El eslabón necesario para concluir la cadena, para alcanzar la meta. Deducimos que los sapos no pueden conseguir con facilidad pañuelos azules; eso no es algo que esté a su alcance. De modo que, en cuanto avistan uno, se dan media vuelta y se aprestan a concluir su tarea: dan rienda suelta a sus deseos, ciegos al mundo, a todo peligro. Sólo tienen ojos para el pañuelo, para sus metas. Si los sapos pudieran adquirir con normalidad pañuelos azules, esta historia no estaría sucediendo. La niña tiene algo que el sapo no tiene y que, al parecer, le es vital: el sapo necesita pañuelos azules y su necesidad de ellos es tal que, al verlos, todo lo demás desaparece, no se ve. Y ¿para qué los necesita? En seguida lo sabemos: para depositar en ellos su tesoro. El sapo ha sacado de la hendidura una pequeña corona de oro, la ha dejado sobre el pañuelo y se ha vuelto a marchar.</p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify">Deslumbrada, la niña toma en sus manos la corona centelleante, formada por delicados hilos de oro: un fino trabajo de orfebrería. Puede que este sapo, si no todos los sapos, sea un excelente orfebre. Otra vez miramos a la niña. Desde la primera línea del cuento nuestra atención ha ido de la niña al sapo, del sapo a la niña, como en un juego de ajedrez, de tenis, de pinpon. Si se tratase de una película la cámara enfocaría, exclusiva y sucesivamente, a uno y a otro personaje. No podemos mirar a los dos personajes a la vez. Los dos a la vez no tienen cabida en nuestro campo de visión. Tenemos que mirarlos por separado.</p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify">Quizás se trate de dos historias sumamente distintas, irreconciliables. Dos historias que no pueden convivir: o se acepta una o se acepta la otra. Pero no podemos quedarnos con las dos. En esta incompatibilidad reside el drama del cuento, el fatal desenlace que se presiente. La niña y el sapo parecen destinados a no comprenderse: son dos historias paralelas, cada una con su drama; pero ni la niña puede captar el drama del sapo, ni el sapo puede saber en qué consiste el drama de la niña. Sólo les une la necesidad que tiene el sapo del pañuelo azul y la fascinación de la niña por la corona de oro. La niña es poseedora del pañuelo. El sapo dueño del tesoro. Cada uno tiene algo que el otro desea. Pero este es un cuento silencioso: la niña y el sapo no se cruzan ni una sola palabra y tampoco parece que lleguen a mirarse a los ojos. Sabemos que la niña ve al sapo, pero ni siquiera nos consta que el sapo vea a la niña, cegado como está por el fulgor que irradia para él el pañuelo de seda azul. Y al no ver la corona sobre el pañuelo, se desliza por el muro y golpea contra él la cabecita lleno de dolor, hasta que sus fuerzas se agotan y cae muerto.</p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify">El destino del sapo nos estremece. Probablemente había dejado la corona sobre el pañuelo porque se le parecía el lugar apropiado para la corona. Allí era donde se podía disfrutar de su belleza, no en la hendidura del muro. Los rayos del sol hacen brillar el oro y el contraste con el azul aún lo hace más radiante. ¿Quién puede disfrutar de la maravillosa corona en la hendidura?. Ahora sabemos porqué les gustan a los sapos los pañuelos azules. Y damos en pensar que todos los sapos guardan tesoros en sus güaridas y que andan a la búsqueda de pañuelos donde depositarlos para que los tesoros resplandezcan. ¿Qué es un tesoro en la oscuridad?. El sapo tiene la necesidad de exponerlo, pero no es consciente de que fuera de la hendidura el peligro acecha. El tesoro, depositado sobre el pañuelo bajo los rayos del sol, deja de pertenecerle. La mano de la niña lo toma, lo acaricia, la satisfacción de la niña es el drama del sapo.</p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify">El cuento concluye con una moraleja: si la niña no hubiese tocado la corona, el sapo habría sacado más tesoros de la hendidura.</p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify">Y nos decimos que el sapo y la niña hubieran debido hablar, llegar a un acuerdo. ¿Es que las cosas tenían que haber acabado en tragedia?. ¿Hay un culpable en esta tragedia?. ¿Con quién están nuestras simpatías? ¿con el sapo o con la niña?. Los dos personajes nos ofrecen motivos de identificación. ¿Quién no se ha sentido desdichado aún sin existir una causa concreta para la desdicha?. ¿Quién no se ha sentido huérfano aún sin serlo?. ¿Es que no parece deseable estar sentado sobre el muro de la ciudad, lejos de todos, contemplando el campo, disfrutando del aire fresco?. ¿Y no se merece esta pobre huerfanita, con la que nos identificamos, un premio?. Si sabe que los sapos tienen tesoros escondidos y que al ver un pañuelo de seda azul los exponen ¿cómo no sacar el pañuelo?. Con el sapo también nos podemos identificar. No quiere otra cosa que el pañuelo de seda azul donde depositar su tesoro. Quiere verlo mejor, contemplarlo fuera de la hendidura, pero no se le ha pasado por la cabeza que, al ser expuesto, el tesoro pudiera desaparecer. Este tesoro es todo lo que tiene. Sin él no es nada. Quizá los sapos no puedan sobrevivir a la desaparición del tesoro. </p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify">El lector es como la huerfanita del cuento. Se mueve dentro de su propia historia. Al lector le conmueve o simplemente le interesa el cuento, pero no su autor, ni sus muchas o pocas capacidades. Las historias de la huerfanita y del sapo se mueven de forma paralela, como la del lector y la del escritor. El escritor, a diferencia del sapo del cuento, puede volver al punto original, cuando se inició el relato, puede volver a las palabras que lo fundaron, a ese “Érase una vez” tras el que nació una historia verdadera. Porque el escritor siempre tiene la esperanza de encontrar un lector que comprenda su texto enteramente, que lo haga suyo con la misma generosidad con que él se lo entrega. A eso es a lo que aspira el escritor, a establecer este íntimo y profundo contacto con un lector por encima de las convenciones que establece la época. Un lector que no busque pañuelos azules donde exponer sus tesoros. Ese lector que es como el escritor, un romántico; alguien que lucha contra los límites de la época que le ha tocado vivir. </p><p class="MsoNormal" style="text-align:justify">(transcripción de la parte de la conferencia "<a href="http://www.march.es/conferencias/anteriores/voz.asp?id=2741">El fuego sagrado de la fabulación</a>", escuchada a Soledad Puértolas, donde se glosa un cuento de los hermanos Grimm con el objeto de indagar en la clave de la relación del escritor con el lector)</p> <!--EndFragment-->Francisco Javier Romerohttp://www.blogger.com/profile/13168780329040985028noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7008212943441564787.post-60476911757174879232011-04-11T15:51:00.003+02:002011-04-11T16:53:48.044+02:00cohombros<div style="text-align: justify;">Vi la palabra escrita por primera vez en una cartulina de la churrería a la que suelo ir de La Alfalfa, cuna de la Sevilla romana. Me llamó la atención, porque no la había escuchado nunca. Churro (en mi experiencia, la más común), calentito (se decía en mi niñez), tejeringo (la escuchaba en Huelva) sí, pero... ¿cohombro? no me sonaba. Y, efectívamente, en la tercera acepción de la palabra dice nuestro diccionario de la Academia: churro.</div><div style="text-align: justify;">Desde niño me han gustado los churros, especialmente si se parecen a los buñuelos que se hacían -y aún se siguen haciendo- en mi pueblo; por algo son de la misma madre. Y suelo ir a tomarlos de vez en cuando, no todos los días, que cargan el estómago, a distintos sitios del lugar donde me encuentre. Me gustan calientes y relativamente delgados, no fríos o gordos (las porras) como acostumbran a tomarlos mucha gente en Madrid. Más ricos para mí los "largos" de "rueda" que los de "papa" (ya algunos, en plan finoli, les llaman de "patata", cuando ese fruto ni lo huelen). Los he comido riquísimos en diferentes sitios, aunque a veces me he encontrado sorpresas desagradables. El punto de la masa (buena harina y bien amasada) y del aceite (buen aceite y a su justa temperatura) y el arte de freírlos no son fáciles de conseguir. Una breve y espontánea tertulia con los parroquianos mientras despachan, buen café con amigos alrededor de un velador y buen tiempo, son complementos que engrandecen el saboreo de los calentitos.</div><div style="text-align: justify;">Y, en fin, la ración suficiente de cohombros. No es bueno, como con todo lo exquisito, hartarse.</div>Francisco Javier Romerohttp://www.blogger.com/profile/13168780329040985028noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7008212943441564787.post-18956353459956666652011-02-17T17:23:00.000+01:002011-02-17T17:24:14.514+01:00Lectores y leedores<div style="TEXT-ALIGN: justify" align="justify"><span class="Apple-style-span">Cada día disfruto más con la lectura. Escucho con sosiego y atención a grandes artistas, de hoy y de otros tiempos, de mi tierra y de otros sitios, ¡me hablan! ¿no es extraordinario?. Voy siendo cada vez más lector y menos leedor, siguiendo a Pedro Salinas cuando establece las diferencias entre uno y otro.</span></div><div style="TEXT-ALIGN: justify" align="justify">De pequeño me enseñaron en el colegio a ser leedor. Reproduciendo torpemente palabras y malentonando frases que no entendía, transcurrieron los primeros años de un duro y lento, pero necesario, aprendizaje Con el tiempo, cuando empecé a ir comprendiendo y asimilando (digiriendo) lo que leía, me empezaron a gustar los tebeos -El Capitán Trueno, El Jabato, El Guerrero del Antifaz, Johnny Comando, Roberto Alcazar y Pedrín, TBO- primero y algunos, pocos, libros de aventuras -Salgari, Julio Verne- después. Comencé a convertirme de este modo, poco a poco, en un lector.</div><div style="TEXT-ALIGN: justify" align="justify">Ese gusto por la lectura fue creciendo en mí, ya fuera la de entretenimiento como la que debía hacer por obligación. De lo que comprendía y me gustaba, aunque a veces requiriera esfuerzo por mi parte, fui siendo lector. Del resto, de lo que <i>tenía </i>que leer, sin comprenderlo o por fuerza o por necesidad, fui siendo leedor. Y he empleado muchas horas de mi vida en esta última tarea.</div><div style="TEXT-ALIGN: justify" align="justify">Por suerte, ahora tengo tiempo y condiciones para ser más lector que leedor. Y sigo aprendiendo a leer, especialmente literatura. Y estoy descubriendo y gozando con obras de clásicos, a los que <i>conocía</i> por sus suscintas biografías, las listas de sus obras y la escuela a que pertenecían, pero a los que no había -por desgracia- leído. No tuve la suerte de leer literatura en las clases a las que debí asistir con ese nombre, guiado por profesores que fomentaran en mí el placer de la lectura. Los <i>comentarios de texto </i>que conocí en la segunda enseñanza sólo los sufrí al enfrentarme a ellos como malditos e incomprensibles enemigos en los temidos exámenes finales. Sin embargo, a pesar de todo y sin saber muy bien porqué, fue gustándome cada vez más la lectura. </div><div style="text-align: justify;">Creo que hoy día se le presta una poquita más de atención que en mis tiempos de juventud, por parte de los poderes públicos, a la enseñanza de literatura, es decir, a enseñar a leer. Pero ni mucho menos la suficiente. Eso se desprende de los tan traídos y llevados informes PISA, en los que aparecen nuestros jóvenes retrasados en <i>comprensión lectora</i>, es decir, son más leedores que lectores. Y la lectura, como nos decía Lázaro Carreter, es necesaria en una sociedad plenamente libre y democrática. </div><div style="TEXT-ALIGN: justify" align="justify"> </div>Francisco Javier Romerohttp://www.blogger.com/profile/13168780329040985028noreply@blogger.com0