miércoles, 28 de septiembre de 2011

¡ A la pizarra !

Los tiempos han cambiado, como suele decirse a partir de cierta edad, ¡y a qué velocidad!; todo fluye, nada permanece. Sin embargo, ocurre a menudo que objetos conocidos o situaciones ya vividas nos dan la vuelta y por vericuetos insospechados, se nos sitúan de nuevo ante nuestras narices mostrándonos, de forma diferente, la misma "realidad". Paradójicamente, nos encontramos ante "lo mismo", si bien en contextos radicalmente distintos.
Pues bien, el otro día "navegando" por la red me encontré, de nuevo, con una vieja compañera de mi infancia y juventud: la pizarra. Siempre formó parte de mi mundo educativo: nos explicaban las lecciones en la pizarra; teníamos que demostrar nuestros conocimientos y habilidades en la pizarra; nos castigaban si figurábamos en la lista de la pizarra. Las nuevas tecnologías, internet, como decía, me ha colocado de nuevo ante la pizarra.
A un joven profesor americano se le ha ocurrido la brillante idea de usar algunas de las enormes posibilidades de las tecnologías de la información y de las comunicaciones (tic) para aplicarlas a la educación como si de una pizarra se tratara. Pero una pizarra con poderes casi mágicos: al alcance de cualquier humano que se encuentre en cualquier parte para aprender lo que enseñe un profesor que esté en cualquier sitio. Y para ello creó la Fundación Khan Academy , institución de prestigio creciente, en la que puedes encontrar lecciones de, cada día, más materias: física, química, matemáticas, historia, economía, etc. Todo, hasta ahora, en inglés. Sólo hacen falta iniciativas que hagan posible que este invento funcione en castellano (algunas hay, pero por desgracia muy limitadas todavía).
Una gran innovación, un gran invento.

domingo, 25 de septiembre de 2011

Visita a la casa de Juan Ramón Jimenez

Hacía tiempo que deseaba ir. Y una mañana de agosto, sin pensármelo dos veces, me encaminé hacia allí. Llovía, aunque era verano. Andando ya, bajo el paraguas, por la acera, debí esquivar los chorros de agua que a cada pocos metros derramaban las canales de las casas en la calle principal del pueblo. Al llegar a la casa del poeta tuve que esperar hasta las diez y cuarto, pues las visitas eran cada cierto tiempo, con horario prefijado; pude guarecerme de la lluvia durante la espera, por amabilidad de las muchachas que atendían a los visitantes, dentro de la casa, en la sala de la izquierda habilitada como biblioteca.

Disfruté de emoción imaginando un espacio –cuajado para mí de sensaciones- con sus paredes de estanterías (acristaladas?) repletas unas de libros, otras de revistas. Libros y revistas que sus dueños, imagino que con gran dolor, debieron abandonar precipitadamente -en otra casa de otro lugar, hacía ya casi un siglo- para vivir hasta la muerte en el otro costado.

En aquella casa –pensaba- creció el niñodiós, y pintó sus primeros cuadros, escribió sus primeras poesías entre aquellas paredes, en aquellos patios, en ese pueblo. Y respiró aquella atmósfera de marismas y pinos. Imaginé cómo debió ser aquella casa y aquel pueblo, aquel ambiente primero del poeta. Imaginé a Juan Ramón recordando su otra casa, aquella donde nació, junto a la ría:

“¡Granados en cielo azul!

¡Calle de los marineros;

qué verdes están tus árboles,

qué alegre tienes el cielo!”

A la hora fijada, guiado y en grupo (aunque sólo éramos tres) visitamos la casa. Un salto en la imaginación era necesario, para situar aquel contenido en otro continente, en un piso del Madrid de los años veinte del siglo pasado. Nos detuvimos en cada habitación para ver, tocar, muebles, objetos diversos, vestidos… que debieron estar llenos de vida en aquella vivienda del poeta recién casado.

Como pasa a menudo, colocamos a los clásicos tan por las nubes, tan lejos de nosotros, que no alcanzamos a conocerlos de verdad y a disfrutar de ellos. Y esta visita me sirvió para recuperar a Juan Ramón, acercarme a él de nuevo y conocer más de sus obras. Y volví con ansias de bajar del pedestal al genio y volver a leerlo, a disfrutarlo de nuevo. Y me recreé de nuevo con Platero y volví a ensimismarme con Espacio y… llegué a sentir en algunos instantes el inmenso placer de compartir algunas de las sensaciones y vivencias que sólo sabe transmitir, en su madurez, un gran poeta.

Datos personales

Mi foto
Nací en Valverde del Camino (Huelva) en diciembre de 1948. A los 17 años me fuí a estudiar a Madrid, donde viví hasta los 30. Me trasladé a Huelva y luego, con un intermedio de algún tiempo en Granada, a Sevilla, donde vivo ahora. ¿Desconcertado? Por la desorientación y perplejidad que me producen situaciones que he conocido o vivido, por comprobar que casi siempre la realidad supera a la ficción."En los blogs se busca el relato en primera persona, que es en torno a lo que pivota el sistema informativo de Internet".Me gustó esta frase y la suscribo.