lunes, 16 de febrero de 2009

Hablar "fino"

La verdad es que no tengo las ideas claras sobre este asunto, pero siento la necesidad de decir algunas cosas.
En mi pueblo, de la persona que hablaba correctamente y con su acento el castellano se decía que hablaba "fino". Alguna vez, formando parte de un grupo numeroso de chiquillos, corrí detrás del forastero para oírle decir "Madrid" con la "d" sonora y bien pronunciada, o "muchas gracias, señora" con todas las "eses" y el tratamiento que a nosotros nos maravillaba. ¿Cómo era posible hablar así, con toda naturalidad, sin afectaciones?. Porque, algún paisano que salía del pueblo durante algún tiempo, volvía hablando "fino", pero de forma no natural, con algunas "meteduras de pata" garrafales. Allí estoy en un colegio extraordinario -contaba un pariente entrañable y querido que se fue a vivir a un pueblo castellano- que tiene hasta un campo para "jaser jimnasia". No hablábamos bien, porque no nos enseñaban a hablar bien; cuando leíamos, nos obligaban a pronunciar todas las letras, incluso a distinguir el sonido de la "b" y de la "v", pero nuestra forma de expresarnos, de hablar, era distinta y no nos la corregían. No obstante, admirábamos el correcto castellano.
Cuando tuve que vivir fuera de Andalucía debí esforzarme para hablar lo más correctamente posible el castellano sin perder el acento andaluz, mi acento, mi forma de expresarme y, por lo tanto, de ser. Y viví situaciones a veces desagradables, de malentendidos, de confusiones simplemente por la forma de hablar, por la mucha o poca "grasia" y "arte" que, por lo visto, debemos tener los andaluces.
El andaluz, -dice Ortega y Gasset en su Teoría de Andalucía- a diferencia del castellano y del vasco, se complace en darse como espectáculo a los extraños, hasta el punto de que en una ciudad tan importante como Sevilla, tiene el viajero la sospecha de que los vecinos han aceptado el papel de comparsas y colaboran en la representación de un magnífico ballet anunciado en los carteles con el título "Sevilla".
Me quedé anonadado la primera vez que leí semejantes consideraciones.
No me extraña en absoluto el revuelo que de vez en cuando levantan determinadas manifestaciones sobre la forma o el estilo de hablar o de ser de algún andaluz.
Por otro lado, entre mis paisanos, no es extraño confundir hablar bien el castellano o español con hablar "fino", aunque se diga "Madriz" o "la dije" o "abogao" y, lógicamente, quien habla "fino" sabe mucho de la materia que sea, aunque diga auténticas imbecilidades y tonterias.

Datos personales

Mi foto
Nací en Valverde del Camino (Huelva) en diciembre de 1948. A los 17 años me fuí a estudiar a Madrid, donde viví hasta los 30. Me trasladé a Huelva y luego, con un intermedio de algún tiempo en Granada, a Sevilla, donde vivo ahora. ¿Desconcertado? Por la desorientación y perplejidad que me producen situaciones que he conocido o vivido, por comprobar que casi siempre la realidad supera a la ficción."En los blogs se busca el relato en primera persona, que es en torno a lo que pivota el sistema informativo de Internet".Me gustó esta frase y la suscribo.