lunes, 9 de junio de 2008

La Campana, El Avión y El Risco del Señor

Esos eran los nombres de los riscos existentes en nuestro lugar favorito para jugar. Y en verdad eran altos y escarpados, difíciles y peligrosos para andar por ellos. El apedreo -apedreíto para nosotros- era el juego favorito; no con piedras, éramos algo menos brutos, sino con barro pimpote, el que quedaba bien compactado formando una bola casi perfecta al moldearlo con las manos. También nos divertíamos jugando al esconder y escalando por los sitios más difíciles.
La Campana era aparentemente más fácil de conquistar, se subía con facilidad por la parte delantera, pero una caída o un resbalón por detrás terminaba en pierna partida con total seguridad.
El Avión, justo enfrente, tenía lo que imaginábamos como una cabina para el piloto y sus acompañantes. Era el primero que tomábamos al llegar del pueblo.
El Risco del Señor tenía güasa. Espigado, alto, sin agarraderas; los miedosos no se atrevían con él. Se consideraba de gran valor saltar desde su cima de una vez o escalarlo por detrás.

Momentos felices de un grupo de niños que jugaban en Los Riscos Tintones.

Datos personales

Mi foto
Nací en Valverde del Camino (Huelva) en diciembre de 1948. A los 17 años me fuí a estudiar a Madrid, donde viví hasta los 30. Me trasladé a Huelva y luego, con un intermedio de algún tiempo en Granada, a Sevilla, donde vivo ahora. ¿Desconcertado? Por la desorientación y perplejidad que me producen situaciones que he conocido o vivido, por comprobar que casi siempre la realidad supera a la ficción."En los blogs se busca el relato en primera persona, que es en torno a lo que pivota el sistema informativo de Internet".Me gustó esta frase y la suscribo.